L D (EFE) Jamis Abu Salem, de 30 años, y Fais a-Sader, ambos activistas del Movimiento para la Resistencia Islámica (HAMAS) murieron cuando el edificio donde se encontraban fue alcanzado por un misil antitanque en un intercambio de fuego con tropas del Ejército israelí en el que también murió el sargento Roi Oren, de 20 años, de la aldea de Udim en el norte de Israel.
Seis palestinos han resultado heridos en el suceso y se encuentran en estado grave o moderado aunque el Ejército israelí, que durante horas prohibió el acceso a las ambulancias, retiene hasta el momento el cuerpo de Abu Salem. Según fuentes israelíes el misil alcanzó un deposito de armas lo que precipitó una cadena de explosiones y el derrumbamiento de la última planta del edificio.
Fuentes de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) negaron que existiera un laboratorio de explosivos en el inmueble y afirmaron que Abu Salem no era un activista de las facciones armadas palestinas sino un residente del edificio. Un elevado número de tropas del Ejército israelí apoyadas por helicópteros de combate irrumpieron esta madrugada en el barrio de Yabal al-Askar, frente al campo de refugiados de al-Askar, en la ciudad cisjordana de Naplusa, e impusieron el toque de queda.
Los carros de combate y demás vehículos blindados, rodearon el edificio de cuatro plantas que pertenecía a la familia Dueikat y los soldados instaron por medio de altavoces a que a-Sader se entregara, informaron residentes de esa localidad. Los efectivos militares israelíes dispararon contra el edifico e instaron a sus residentes a salir. Tras su evacuación, el Ejército entró en el inmueble y en los edificios vecinos para inspeccionar su interior.
El gobernador de Naplusa, Mahmud al-Alul, un miembro del movimiento de al-Fatah, condenó el ataque que calificó como un "nuevo crimen de Israel que pone en serio peligro el actual proceso de paz y amenaza con provocar una escalada de la violencia". Por su parte, dirigentes de HAMAS en la franja de Gaza amenazaron una vez más con suspender el alto el fuego que anunciaron junto con otros grupos de la resistencia palestina el pasado 29 de junio y que ha resultado en una importante disminución de los ataques contra objetivos israelíes. Desde esa fecha han muerto 17 palestinos, cinco israelíes y un búlgaro.
Seis palestinos han resultado heridos en el suceso y se encuentran en estado grave o moderado aunque el Ejército israelí, que durante horas prohibió el acceso a las ambulancias, retiene hasta el momento el cuerpo de Abu Salem. Según fuentes israelíes el misil alcanzó un deposito de armas lo que precipitó una cadena de explosiones y el derrumbamiento de la última planta del edificio.
Fuentes de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) negaron que existiera un laboratorio de explosivos en el inmueble y afirmaron que Abu Salem no era un activista de las facciones armadas palestinas sino un residente del edificio. Un elevado número de tropas del Ejército israelí apoyadas por helicópteros de combate irrumpieron esta madrugada en el barrio de Yabal al-Askar, frente al campo de refugiados de al-Askar, en la ciudad cisjordana de Naplusa, e impusieron el toque de queda.
Los carros de combate y demás vehículos blindados, rodearon el edificio de cuatro plantas que pertenecía a la familia Dueikat y los soldados instaron por medio de altavoces a que a-Sader se entregara, informaron residentes de esa localidad. Los efectivos militares israelíes dispararon contra el edifico e instaron a sus residentes a salir. Tras su evacuación, el Ejército entró en el inmueble y en los edificios vecinos para inspeccionar su interior.
El gobernador de Naplusa, Mahmud al-Alul, un miembro del movimiento de al-Fatah, condenó el ataque que calificó como un "nuevo crimen de Israel que pone en serio peligro el actual proceso de paz y amenaza con provocar una escalada de la violencia". Por su parte, dirigentes de HAMAS en la franja de Gaza amenazaron una vez más con suspender el alto el fuego que anunciaron junto con otros grupos de la resistencia palestina el pasado 29 de junio y que ha resultado en una importante disminución de los ataques contra objetivos israelíes. Desde esa fecha han muerto 17 palestinos, cinco israelíes y un búlgaro.