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La misión de Afganistán fracasará si no recibe más tropas

El jefe militar de la OTAN en Afganistán, el general estadounidense Stanley A. McChrystal, advierte en un informe remitido al Departamento de Defensa de EEUU, que si no recibe más tropas fracasará la misión en la zona.

El comandante de las tropas estadounidenses y de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) había recibido el encargo de remitir su evaluación de la situación en Afganistán tras la destitución el pasado mayo del anterior jefe militar estadounidense, general David McKiernan.

Según el documento citado por el diario, el fracaso a la hora de "doblegar la ventaja de los talibán a corto plazo, mientras madura la capacidad de la propia seguridad afgana, implica el riesgo de no poder ganar nunca a la insurgencia afgana".

El informe remitido al secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates, es sometido a análisis en la Casa Blanca por el presidente, Barack Obama y sus asesores, según el rotativo.

Pese a la descripción de la gravedad de la situación, el alto mando militar estadounidense sostiene que "el éxito aún es asequible".

No obstante, McChrystal reitera que una "rápida y genuina estrategia contrainsurgente" no es posible sin refuerzos militares e insiste en el riesgo de derrota.

En el informe el alto oficial estadounidense describe al Gobierno de Hamid Karzai sobrepasado por la corrupción y por una fuerza multilateral sometida a unas tácticas (militares) que rechaza la población afgana.

Para el jefe militar de la ISAF y las tropas norteamericanas desplegadas en Afganistán, los talibán son un "enemigo sofisticado y con poderío que emplea la propaganda moderna y sistemáticamente recluta miembros en las prisiones, donde -añade- incluso planea sus operaciones".

McChrystal, según funcionarios del Departamento de Defensa, tiene preparada la petición de nuevas tropas y más medios en un informe distinto, pero aguarda instrucciones del Pentágono antes de remitirlo a Washington.

El diario explica que durante el fin de semana altos funcionarios del Pentágono pidieron no difundir partes del informe que "podrían poner en riesgo operaciones futuras".

Una versión desclasificada -con algunos contenidos suprimidos por petición gubernamental- ha sigo colgada en la página web del rotativo The Washington Post

Para el general estadounidense, "la corrupción oficial es una amenaza tan grande como los propios talibanes para la misión de la ISAF".

También aclara que "la debilidad institucional, la maldad de algunos intermediarios del poder, la corrupción, el abuso de poder de altos funcionarios y los propios errores de la ISAF han dado pocas razones a los afganos para apoyar a su Gobierno".

Para el máximo responsable de la campaña militar en Afganistán, "la mayor debilidad de la ISAF es que no ha defendido con agresividad a los propios afganos, más preocupados por defender a sus propias fuerzas".

"Hemos operado de una manera que nos ha distanciado -físicamente y psicológicamente- de la gente a la que teníamos que proteger. Los insurgentes no pueden derrotarnos militarmente, pero nosotros si podemos derrotarnos a nosotros mismos", explica el general, que aboga por proteger más a la población y moderar el uso de la fuerza.

También admite que esta estrategia puede suponer un incremento a corto plazo de las bajas, pero sostiene que la asunción de los mismos riesgos que vive la población es la única manera de derrotar a los insurgentes.

McChrystal no ahorra críticas al desconocimiento de las tropas internacionales de las dinámicas internas del país y asegura que la ISAF ha centrado sus esfuerzos de inteligencia en cómo atacar a los insurgentes, lo que ha dificultado el entendimiento y comprensión de aspectos claves de la sociedad afgana.

Sobre los prisioneros de guerra, el general considera que las "prisiones se han convertido en santuario y bases para conducir operaciones letales" contra el Gobierno y las fuerzas internacionales.

Entre otros aspectos del actual Afganistán, el documento describe el "Gobierno en la sombra" bajo la dirección del mulá Omar, la principal organización que capitaliza las debilidades gubernamentales.

"Nombra gobernadores en la sombra para casi todas las provincias, revisa su gestión, los sustituye periódicamente, ha establecido un mecanismo para recibir quejas contra sus propios 'funcionarios' y actuar contra ellos, ha instituido la ley islámica (sharia) con tribunales que actúan expeditivamente en zonas en disputa y controladas (por ellos)".

También añade el informe "cobran tasas y reclutan combatientes y empleados. Se atribuyen la protección frente a la corrupción gubernamental, las fuerzas de la ISAF, la criminalidad y los poderes locales. También reivindican la defensa del islam y la identidad afgana frente a la invasión extranjera

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