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La mafia se infiltra en la reconstrucción tras el terremoto en los Abruzos

Así lo ha asegurado la Dirección de Investigaciones Antimafia (DIA) ante la fiscalía de L'Aquila, en el centro de Italia. Ha denunciado la infiltración de clanes mafiosos en los trabajos de reconstrucción de la región de los Abruzos, devastada por el terremoto del pasado 6 de abril en Italia.

El diario Corriere della Sera ha informado este viernes  de que la DIA ha señalado que la empresa Igc de Gela ha obtenido subcontratos para realizar trabajos de reconstrucción en la región, a pesar de que se había informado de "conexiones entre la sociedad y personajes ligados a la 'familia' mafiosa de los hermanos Rinzivillo".

La DIA ha solicitado que se verifique cómo ha conseguido la empresa adjudicarse los contratos. Unas verificaciones que se extenderán además a otras contratas logradas por la compañía para la construcción del metro en Milán, el tramo de las vías de la Alta Velocidad entre Parma y Reggio-Emilia, así como para los trabajos de los túneles de la autopista Catania-Siracusa.

Corriere informó de que la compañía se concentró en las subcontratas y no en las grandes adjudicaciones de contratos, una práctica habitual, según el diario, en el caso de las sociedades que están gestionadas por personas con antecedentes penales.

Así, los trabajos de reconstrucción principales para la construcción de viviendas en la localidad de Bazzano se adjudicaron a otra empresa que, a su vez, pidió autorización para delegar una parte de las obras a Igc, que finalmente obtuvo un contrato para hacer los muros de apoyo de las viviendas.

Bazzano es una localidad que se encuentra entre Onna y L'Aquila y fue elegida por el Gobierno de Silvio Berlusconi para construir un nuevo pueblo de unas 4.500 casas que alojará a unas 15.000 personas, en el que se invertirán unos 300 millones de euros.

No es la primera vez que la sombra de la mafia planea sobre los trabajos de reconstrucción de Los Abruzos. El pasado mes de junio, el diario "La Repubblica" ya denunció que que una contrata había sido adjudicada a un constructor relacionado con testaferros del mafioso siciliano Vito Ciancimino.

Poco después del sismo, que causó la muerte de casi 300 personas y miles de evacuados, el fiscal general antimafia de Italia, Pietro Grasso, y el fiscal de L'Aquila, Alfredo Rossini, mostraron su preocupación por una posible presencia mafiosa en la zona.

Por aquel entonces, Rossini señaló que "iba a llegar un río de dinero para la reconstrucción. Muy apetecible para mafia y Camorra"

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