L D (Agencias) Esta segunda ronda afecta a 898 municipios o distritos de grandes ciudades de más de 3.500 habitantes que no fueron resueltos en el domingo pasado, en la primera vuelta.
Entonces los votantes dieron la alcaldía de Burdeos y Toulon a la derecha y las de Lyon, Nantes y Rouen a la izquierda, entre otras, pero hoy se dilucida quién gobernará en París, Marsella, Toulouse, Estrasburgo, Caen, Pau y Lille.
La izquierda, en la oposición a nivel estatal, aspira no sólo a ganar en votos en toda Francia, sino a invertir la actual situación, ya que en la actualidad la derecha controlaba 223 alcaldías de más de 20.000 habitantes, por 177 de los progresistas.
Aparte de acumular poder local para los próximos seis años, una victoria en estos comicios será aprovechada por la oposición para difundir su idea de que el voto es un castigo a la gestión del Ejecutivo del presidente Nicolas Sarkozy y el primer ministro François Fillon.
Gran parte del interés se centra en qué pasará en Marsella y Toulouse (segunda y cuarta ciudad de Francia) y hasta ahora en manos de los conservadores, pero que podrían girar a la izquierda dada la escasa diferencia entre los candidatos.
Por su parte, los socialistas tienen casi garantizado retener París y Lille y confían en arrebatar Périgueux a su actual alcalde, el ministro de Educación conservador Xavier Darcos, para de ese modo hacer patente el mensaje de que un integrante del Ejecutivo ha sido desautorizado.
La campaña electoral ha sido dura y los líderes nacionales de los diferentes partidos han acudido a apoyar a sus candidatos, en una muestra de la importancia de estos comicios, los primeros desde que Sarkozy llegó a la Presidencia de la República, en mayo de 2007.
Sarkozy dice que tomará nota de los resultados y ha dejado entrever que hará cambios en el Gabinete, pero limitados y de escaso calado.
Gran parte del interés se centra en qué pasará en Marsella y Toulouse (segunda y cuarta ciudad de Francia) y hasta ahora en manos de los conservadores, pero que podrían girar a la izquierda dada la escasa diferencia entre los candidatos.
Por su parte, los socialistas tienen casi garantizado retener París y Lille y confían en arrebatar Périgueux a su actual alcalde, el ministro de Educación conservador Xavier Darcos, para de ese modo hacer patente el mensaje de que un integrante del Ejecutivo ha sido desautorizado.
La campaña electoral ha sido dura y los líderes nacionales de los diferentes partidos han acudido a apoyar a sus candidatos, en una muestra de la importancia de estos comicios, los primeros desde que Sarkozy llegó a la Presidencia de la República, en mayo de 2007.
Sarkozy dice que tomará nota de los resultados y ha dejado entrever que hará cambios en el Gabinete, pero limitados y de escaso calado.