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La independencia de Kosovo cierra el último capítulo de la descomposición de Yugoslavia

El Parlamento kosovar declarará unilateralmente la independencia de Kosovo, poniendo fin a un largo conflicto que comenzó hace casi 20 años con las medidas de Slobodan Milosevic. La independencia de Kosovo ataca de lleno la línea de flotación del nacionalismo serbio, que considera a esta provincia la "cuna" de la identidad patria.

L D (Europa Press) En virtud de la independencia "tutelada" propuesta en el plan del enviado especial de la ONU para Kosovo, Martti Ahtisaari, el Kosovo que surja de la declaración de independencia va a ser un Estado sui generis que no va a tener representación en Naciones Unidas, no va a tener Ejército propio -las únicas tropas serán las de la OTAN- y sólo tendrá los policías y jueces que aporte la UE.
 
La batalla de Kosovo
 
La historia comenzó realmente en junio de 1989, cuando el entonces presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, aprovechó el 600 aniversario de la 'Batalla de Kosovo' para advertir en un discurso de que los serbios nunca renunciarán al control de la provincia.
 
En julio de 1990, los diputados albanokosovares declararon la independencia de Kosovo y Milosevic respondió anulando la autonomía de que disfrutaba en el seno de la propia Serbia (la cual estaba integrada a su vez en la desaparecida Yugoslavia como entidad federal). La crisis kosovar sirvió de disparadero para el terrible conflicto que puso fin a la Yugoslavia de Josip Broz 'Tito'.
 
Justo dos años más tarde, el escritor Ibrahim Rugova fue elegido presidente de la autoproclamada república de Kosovo tras unas elecciones celebradas clandestinamente. Este hecho, en pleno conflicto bélico en la antigua Yugoslavia, Belgrado incrementó la represión en la provincia, en la que los independentistas albaneses constituyeron un Estado paralelo basado en el principio de la desobediencia civil.
 
Entre marzo y septiembre de 1998 se alzó en armas el grupo armado Ejército para la Liberación de Kosovo (ELK), que consiguió ocupar varias zonas del territorio. Fue el inicio de una guerra entre estos y el Ejército yugoslavo, durante la cual se cometieron gravísimas violaciones de Derechos Humanos por las dos partes. Entre el 18 y el 19 de marzo de 1999 concluyeron sin resultados las negociaciones de paz, y el 24 de ese mismo mes comenzaron los bombardeos de la OTAN contra Yugoslavia.
 
El 10 de junio, Milosevic -por entonces presidente de la República Federal de Yugoslavia (RFY)- accedió a retirar sus tropas de Kosovo. Fue el final de los bombardeos, que habían durado 78 días, y el inicio del despliegue de 45.000 soldados de la OTAN, justo un día después de la retirada de los militares serbios. Junto a éstos huyeron del país miles de civiles serbios por temor a venganzas.
 
En junio de ese mismo año, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la Resolución 1244, que establecía que Kosovo debía seguir siendo parte integrante de la RFY -y por tanto de Serbia, su sucesora como sujeto de derecho internacional-, disponía una administración civil provisional a cargo de la ONU (la MINUK), con la presencia de fuerzas de mantenimiento de la paz dirigidas por la OTAN (KFOR), y aludía a la necesidad de una "solución definitiva" para Kosovo.
 
El 18 de noviembre de 2001 se celebraron las primeras elecciones generales en Kosovo, tras las cuales Rugova fue proclamado presidente. Ejerció el cargo hasta el 21 de junio de 2006, cuando falleció como consecuencia de un cáncer de pulmón.
 
La Resolución 1244 marcó el inicio del protectorado internacional sobre Kosovo. Durante este periodo, la falta de un sistema de justicia penal adecuado, la violencia contra las minorías étnicas, las dificultades para el regreso de los refugiados y los desplazados y la falta de control sobre las instituciones internacionales presentes en el territorio han sido los principales problemas detectados por las organizaciones internacionales de Derechos Humanos.
 
El 17 de marzo de 2004, una multitud de albanokosovares atacó enclaves serbios en venganza por el supuesto asesinato de tres niños albaneses. Fue el estallido de violencia más grave desde 1999, en el que fueron asesinadas 19 personas e incendiadas cientos de viviendas. La OTAN se vio completamente sorprendida por estos hechos, que no supo impedir. El 8 de marzo de 2005, el entonces primer ministro Ramush Haradinaj fue acusado de crímenes de guerra por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY).
 
Las negociaciones y la independencia
 
El 24 de octubre de ese año, el Consejo de Seguridad aprobó el inicio de negociaciones sobre el futuro de Kosovo. Las conversaciones comenzaron en marzo de 2007 en Viena, y en abril de 2007, pese a que el mandato de la 1244 rechazaba explícitamente la secesión de Kosovo, Ahtisaari presentó una propuesta que abogaba por una especie de independencia "supervisada" que, a juicio de Serbia, no era más que una independencia pura y dura.
 
La propuesta de Martti Ahtisaari contemplaba concretamente una amplia autogestión supervisada por la Unión Europea y concedía a Kosovo todos los atributos propios de un Estado soberano -Constitución, bandera e himno nacionales-, así como el derecho a estar representada ante los organismos internacionales. El plan fue aprobado por amplísima mayoría en el Parlamento de Kosovo.
 
El 7 de junio, Rusia dejó bien claro en la cumbre del G8 celebrada en Alemania que vetaría cualquier resolución que anulara la 1244. Tres días después, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, declaró en Albania que había "llegado la hora" de la independencia.
 
Ante la falta de avances, Estados Unidos, la UE y Rusia llegaron a un acuerdo para constituir una 'troika' mediadora en la nueva ronda de negociaciones, que comenzó en agosto y concluyó en diciembre sin que se llegase a ningún acuerdo debido al enrocamiento de las dos partes. Serbia insistía en la defensa de la integridad territorial y en su propuesta de una amplia autonomía y los albanokosovares reiteraron abiertamente su apuesta por la independencia. Tras el nuevo colapso, las autoridades kosovares anunciaron su intención de declarar unilateralmente la secesión si no se llegaba a un acuerdo con la ONU.
 
Las elecciones parlamentarias kosovares del 16 de noviembre -las primeras directas de su historia- dieron la victoria al Partido Democrático de Kosovo (PDK), liderado por un antiguo comandante del ELK, Hashim Thaci, quien en su campaña había prometido proclamar la independencia "inmediatamente después del 10 de diciembre". Tres días después de su victoria, matizó su promesa y afirmó que cualquier decisión estaría "coordinada" con Estados Unidos y la Unión Europea.
 
El pasado jueves, en una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad solicitada por Belgrado, el ministro serbio de Exteriores, Vuk Jeremic , pidió el "pleno respeto" a la 1244 e instó a la MINUK a invalidar "inmediatamente" la independencia unilateral y disolver el Parlamento kosovar en caso de declararla.

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