El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, rechazó una propuesta del gobernante de facto, Roberto Micheletti, para que la Corte Suprema decida sobre su eventual vuelta al poder y propuso que sea el Parlamento el que decida su restitución.
Así lo informó en una rueda de prensa el ministro de Gobernación de Zelaya, Víctor Meza, miembro de la comisión de diálogo del derrocado gobernante, y puntualizó que el diálogo continúa y que esperan una respuesta de la representación de Micheletti.
"La propuesta que recibimos es una propuesta absolutamente inaceptable", expresó Meza, quien recalcó que la restitución de Zelaya en el poder, del que fue derrocado el 28 de junio pasado, "debe discutirse en el ámbito político del Congreso Nacional".
Agregó que Micheletti "considera que debe ser en el ámbito de la Corte Suprema de Justicia, pero ya la Corte Suprema de Justicia emitió una opinión jurídica sobre el Acuerdo de San José y, por lo tanto, no tiene ningún sentido", que el problema lo resuelva el poder judicial.
Meza también advirtió que es la "última vez" que esperan una respuesta de la representación de Micheletti, tras la reanudación del diálogo a partir del pasado 7 de octubre, con respaldo de la Organización de Estados Americanos (OEA).
No obstante, Meza enfatizó que "el diálogo continúa hasta que el señor Micheletti responda". Las comisiones permanecen en el hotel, sin que se sepa si el diálogo continuará el sábado o sigue el domingo.
Zelaya no quiere ir a los tribunales
El funcionario del depuesto presidente Zelaya dijo también que la razón para rechazar la propuesta de Micheletti es que el Congreso Nacional "es el órgano depositario de la soberanía popular". En ese sentido, añadió que la iniciativa de Zelaya "es la propuesta más sensata" y recalcó: "No le estamos poniendo plazo al Congreso Nacional" para que resuelva.
"El Congreso Nacional es el espacio natural para resolver los problemas políticos, no los tribunales", dijo Meza.
La propuesta de Micheletti señala, según Meza, que en lo que respecta a la restitución de Zelaya en el poder, condicionan el acuerdo "al criterio institucional de la Corte Suprema de Justicia, como ente encargado constitucionalmente de la aplicación de la ley".
Desde que se inició la cuarta ronda de diálogo en Honduras, se han barajado hipótesis de todo tipo respecto a si se habría alcanzado un preacuerdo o no entre las partes. Si a comienzos de semana eran los delegados de Zelaya los que avanzaban una postura común, que fue desmentida por el Gobierno interino, este viernes la canciller del Gobierno depuesto, Patricia Rodas, anunció que el proceso de diálogo había quedado "definitivamente roto" por lo que considera la "intransigencia" del Gobierno interino a aceptar la restitución de Zelaya en el poder.
"Esta tarde, el proceso de diálogo iniciado por la Organización de Estados Americanos (OEA) a instancia de nuestros cancilleres ha sido definitivamente roto", declaró Rodas durante su intervención en la primera plenaria de una cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) en la ciudad boliviana de Cochabamba.
Rodas se pronunció sobre la cuestión este viernes mientras continuaba formalmente la mesa de diálogo en Honduras entre delegados del derrocado presidente Manuel Zelaya y del Gobierno 'de facto', sin que se vislumbrara un principio de acuerdo en cuanto al tema álgido de la restitución del depuesto gobernante.
"La intransigencia de la dictadura lo hizo fracasar en su parte medular, irrenunciable e inclaudicable para el presidente Zelaya, que es la restitución del presidente", agregó al proponer al encuentro una resolución de rechazo a las elecciones que pretenden realizar el Gobierno 'de facto' hondureño.
Un fracaso "previsible"
Rodas señaló que el fracaso del diálogo era "previsible" y que la postura del Gobierno instalado desde el 28 de junio en Tegucigalpa era "absolutamente inaceptable para el pueblo hondureño, una burla contra los esfuerzos patrióticos".
Los presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y de Bolivia, Evo Morales, respaldaron posteriormente la petición de Rodas de no reconocer los comicios que se celebrarán en el país centroamericano el próximo 29 de noviembre, que ya estaban programadas antes de la expulsión de Zelaya, y que el Gobierno 'de facto' hondureño quiere llevar adelante.