Los prisioneros de conciencia son Víctor Arroyo Carmona, miembro de la directiva del Movimiento Todos Unidos, condenado a 26 años de cárcel; Leonel Grave de Peralta Almenares, bibliotecario independiente, sentenciado a 20 años; Próspero Gainza Agüero, delegado del Movimiento de Resistencia Cívica Pedro Luis Boitell, con una pena de 25 años; y Claro Sánchez Altarriba, periodista independiente, condenado también a 20 años.
En este grupo también se encuentran los miembros del Movimiento Cristiano de Liberación –del disidente Oswaldo Payá– Alexis Rodríguez Fernández y Alfredo Domínguez Batista, sentenciados a penas de 15 y 14 años, respectivamente, informó el Arzobispado en un comunicado.
Con este anuncio sumarán 32 los disidentes excarcelados que viajarán a España después de que el Gobierno comunicara a finales de junio –coincidiendo con la visita a Cuba del ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos– su intención de poner en libertad a los 52 presos políticos del grupo de la Primavera Negra de 2003, una de las mayores oleadas represivas contra la oposición.
Estas liberaciones son fruto del diálogo que inició la Iglesia Católica de Cuba, a través del arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega, para flexibilizar la postura de la dictadura hacia la disidencia interna y permitir la excarcelación de, al menos, los presos políticos más enfermos.