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La Habana amenaza con emplear la fuerza para terminar con el secuestro de 50 personas

La amenaza del gobierno cubano de emplear la fuerza si la situación de los cincuenta rehenes de una lancha secuestrada el miércoles llega a un extremo crítico ha incrementado las posibilidades de un desenlace violento.

LD (Agencias) El presidente cubano, Fidel Castro, rodeado de fuertes medidas de seguridad, acudió al puerto de Mariel, a unos cincuenta kilómetros al oeste de La Habana, aunque se desconoce si participa directamente en las negociaciones con los secuestradores. Horas después abandonó el lugar seguido por una impresionante comitiva de seguridad. En un comunicado oficial difundido por la televisión cubana, el Gobierno anuncia que “se utilizará la fuerza si la situación de los rehenes se hace crítica”. Según la nota, la lancha se encuentra amarrada frente al puerto de Mariel, y los secuestradores sólo han consentido en entregar a dos mujeres y un hombre por su delicado estado de salud.

La lancha fue secuestrada en la madrugada del miércoles en la bahía de La Habana por un grupo de entre ocho y diez hombres, armados con una pistola y cuchillos, que pretendían llegar a EEUU. El comunicado señaló que la lancha “Baraguá” fue “seguida de cerca por patrulleras del servicio de guarda fronteras, situadas a 100 metros a ambos lados de la misma”. La nave “quedó sin combustible a 30 millas al norte de Mariel a las 11.45 de la mañana del miércoles (15.45 GMT) en medio de fuertes marejadas que podrían hacerla zozobrar"” agregó. Los secuestradores, añadió, "fueron persuadidos" para que la lancha fuese remolcada hasta un puerto al oeste de La Habana con la esperanza de recibir el combustible que exigían para proseguir viaje hacia EEUU.

El comunicado aseguró que los secuestradores en ese momento “mantenían los cuchillos en el cuello de mujeres rehenes al arribar a las 10.12 de la noche (del miércoles) hora local (02.12 GMT) a un muelle del puerto (de Mariel), donde sólo admitieron que la lancha fuese amarrada por la proa a 10 metros del muelle. Esta exigencia estaba motivada por temor a que la misma fuese asaltada por fuerzas de guarda fronteras”. Según la nota oficial, durante toda la madrugada, mediante comunicación radial, “se trató de persuadirlos para que liberasen a los rehenes”. Sin embargo, dice que “a las reiteradas exhortaciones sólo admitieron entregar a tres, dos mujeres y un hombre en condiciones delicadas de salud. A todas las proposiciones respondieron siempre con la exigencia de recibir combustible”.

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