A Zelaya tenían que haberlo eliminado. Muerto "EL PERRO" se acabo la rabia.
La lista de acusaciones se incrementa en: fuga del país a base de mostramiento de armas por parte de militares,levantamiento nocturno a altas horas de la mdrugada a base de bien,intentos de aterrizaje con personalidades extranjeras boicoteado por el legítimo acto recogido en la Constitución de poner camiones,grúas y toda clase de enseres en las pistas de aterrizaje.Con esto,como se le ocurra volver...serán miles de millones de años.Vivan los golpes de Estado,vivan los gobiernos militares,abajo el Marxismo,el Chavismo,el revolucionismo,y el alpinismo.
Se supone que Honduras es un pais soberano con sus propias leyes.Acusar de traicion a la patria, es una acsuacion muy dura y mas si va acompañada de sedicion.
Que deberian haber hecho lo que han hecho de otra manera, pues se entiende que si, pero habria que ver las leyes que legislas en ese pais y opinar con conocimiento de causa.
Lo mejor que podria hacer el gobierno de Honduras es, luz y taquigrafos y que se sepa toda la verdad y no la verdad interesada de los "progres" que pululan por estos lares.
Hay un moviento marxista capitaneado por Venezuela y sus petrodolares, que sirven de muletas a paises como Nicaragua,Cuba, Bolivia y ahora se rumorea que les rondan a Brasil y el fracaso de Honduras, por lo que las potencias mundiales deberian poner mucho cuidado con lo que se cuece con estos energumenos.
Este Zelaya sacaba peores notas en la escuela que Zapatero. Si será estúpido que no se preocupó de controlar a los generales y a los jueces. Ahora, con cargos contra él, parece que pretende entrar a la fuerza con una pandilla de pistoleros, seguramente pertrechados por el régimen venezolano. Sigo diciendo que éste acaba viviendo debajo de un puente.
¿No quiere regresar a Honduras? Pues que le pidan la extradición a Nicaragua. Que manden una orden de búsqueda y captura a la Interpol.
Este es el camino correcto, aunque les va a ser muy difícil enmendar el primer error de la deportación.
Entretanto resistir y esperar a que los vientos cambien