La estrategia republicana para derrotar a Obama
Las elecciones legislativas de noviembre de 2010 concentran ya la mayoría de esfuerzos del Partido Republicano, que busca rentabilizar la brusca caída de la popularidad de Obama. Los republicanos podrían recuperar entonces el control del Congreso.
El partido Republicano ya está preparando una intensa campaña de cara a las elecciones legislativas de 2010 en Estados Unidos, la primera gran prueba a la que se enfrentará el presidente estadounidense Barack Obama. La antelación tiene lugar aprovechando la debilidad actual de la imagen del presidente, que no obstante podría verse reestablecida el año próximo.
Las legislativas, que se celebrarán en noviembre del año próximo, suponen una oportunidad para que los republicanos recuperen el control del Congreso. De momento, este último mes han conseguido impulsar su base gracias a la multitudinaria manifestación organizada en Washington el pasado 12 de septiembre ante el Capitolio contra la política fiscal de la Administración Obama.
Por su parte, los demócratas esperan un rebote económico y la confirmación del plan de reforma social propuesto por el presidente, que sin duda consolidarían su posición de cara a los comicios de 2010.
A día de hoy, sin embargo, la economía estadounidense sigue convaleciente por el efecto de la crisis económica mundial. Los republicanos se apoyan en el temor que albergan miles de estadounidenses sobre cómo afectará a sus bolsillos la propuesta de reforma de Obama para recuperar escaños en ambas cámaras del Congreso.
En este sentido, el ex gobernador de Massachusetts y ex candidato presidencial Mitt Romney, ha explicado la ofensiva republicana como un regreso a los principios sobre los que se cimenta el partido. "No sólo hay que hablar sobre los valores, hay que serles fiel", declaró Romney, de quien se dice que podria presentarse nuevamente a las elecciones presidenciales de 2012.
"Somos un partido que no cree en la idea de gastarse el dinero que no se tiene. Y los republicanos son capaces de demostrar que han sido enormemente conservadores en el plano fiscal, contrastando radicalmente con el extraordinario déficit motivado por los demócratas, y las previsiones aún mayores de déficit que se avecinan", explicó.
"Lejos de la corriente"
El 'número dos' de la presencia republicana en la Cámara de Representantes, Eric Cantor, pronostica que el partido podría ganar los cuarenta escaños necesarios para recuperar el control de la Cámara Baja del Congreso. Es una opinión respaldada por el peso de la historia. Analistas independientes recuerdan que, tradicionalmente, el partido en el poder siempre ha perdido escaños por decenas en las elecciones legislativas. Consideran, no obstante, improbable que pierdan los 40 escaños que Cantor desea. La diferencia es demasiado amplia: 256 escaños demócratas por 178 republicanos.
Lo mismo se aplica al Senado, donde los demócratas ostentan la mayoría con 60 escaños frente a 40 de los republicanos. Los demócratas perderán asientos, pero menos de los anticipados por Cantor, representante republicano por Virginia.
"Siempre he pensado que los estadounidenses han interpretado que la agenda que ha diseñado la Casa Blanca, y que parece tener su raíz en el discurso de la oficina de la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, se encuentra muy lejos de la corriente de los principios de este país", declaró Cantor.
El mensaje demócrata, no obstante, se concentra también en atacar a la antigua administración del ex presidente George W. Bush, bajo cuyo mandato se experimentó un incremento del déficit. Obama, dicen los demócratas, simplemente se está limitando a arreglar el desastre económico que ha heredado.
Las elecciones a la Gobernación
Si la manifestación frente al Capitolio parece haber animado a los votantes republicanos, el partido se muestra especialmente motivado por los resultados de la encuesta publicada el pasado 2 de septiembre por el Pew Research Center que muestra un empate virtual entre los votantes si las elecciones legislativas tuvieran lugar.
Según este sondeo, un 45 por ciento apostaría por un candidato demócrata para su distrito, frente a un 44 por ciento de los encuestados que prestarían su apoyo a un candidato republicano. Hace cuatro años, la diferencia era de 12 puntos a favor de los demócratas, 52 a 44 por ciento, un porcentaje que desembocó en sendas mayorías en ambas cámaras del Congreso en las legislativas de 2005.
El primer registro real tendrá lugar este mes de noviembre, cuando los votantes de Virginia y Nueva Jersey elijan a sus respectivos gobernadores. De momento, los republicanos ostentan una estrecha ventaja en ambos estados pero los votos de los indecisos y de los mayores de 65 podrían inclinar la balanza a favor de los demócratas, según el experto independiente de Cook Political Report, Dave Wasserman.
"Independientes y jubilados van a ser los principales sectores a tener en cuenta de cara a un cambio en el estado actual de las cosas. Y se mantienen muy escépticos ante la estrategia de gasto del Gobierno y sus rescates financieros", advirtió.
La ofensiva republicana ha llevado a los demócratas a criticar duramente la escasa colaboración que presentan para desarrollar políticas bipartidistas que el presidente Obama consideran esenciales para desatascar la economía del país.
Desde el partido republicano se defiende la agresividad que están demostrando como parte de un esfuerzo para recuperar los valores sobre los que se fundó el partido, y ganarse nuevamente la confianza del pueblo estadounidense. En este sentido, el estratega republicano Tucker Eskew, hizo especial hincapié en la necesidad de que los republicanos reciclen sus políticas a través de un cambio casi generacional.
"Soy uno de los que creen que tenemos que ganarnos la confianza de un sector más amplio del pueblo estadounidense, con nuevas ideas, nuevas caras y una política orientada a los resultados", destacó Eskew, quien no obstante insistió en la necesidad de "sacar provecho" del "exceso de celo" demostrado por los demócratas.
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