A falta de titulares ante una cumbre que ha pasado completamente desapercibida, los países han querido firmar una declaración en la que se pretende blindar de los golpes de estado. Por eso, ha abierto la puerta a la expulsión de uno de sus 22 miembros en caso de que se produzca una interrupción de la democracia.
Lo irónico de este declaración es que en esta cita de Mar de Plata ha estado ausente Honduras al no haber sido invitada por Argentina cuyo gobierno aún no reconoce el nuevo Ejecutivo de Tegucigalpa. Eso pese a que lo que ocurrió en ese país centroamericano es que todas las instituciones decidieron inhabilitar a Manuel Zelaya ante sus intentos de cambiar la Constitución para buscar lo que posiblemente le había recomendado su amigo Hugo Chávez y que ya habían logrado todos los aliados bolivarianos: la reelección indefinida. A partir de ahí pasaron una etapa de transición que acabó con unas elecciones libres en las que fue elegido Porfirio Lobo.
Según esta declaración firmada por todos los asistentes, se decidirá "suspender al Estado en que se hubiese materializado la ruptura del orden constituido o del Estado de Derecho, del derecho a participar en los distintos órganos e instancias, así como del goce de los derechos y de los beneficios que se derivan de ser miembro de la Conferencia Iberoamericana, hasta que el orden constitucional sea restablecido". Sin embargo, no ha previsto acciones como sanciones económicas, posiblemente porque podría arruinar parte de lo que suelen pedir en este tipo de citas: el levantamiento del embargo de EEUU contra Cuba. De hecho, el texto apunta que "pedimos al Gobierno de los Estados Unidos de América que cumpla con lo dispuesto en 19 sucesivas resoluciones aprobadas en la Asamblea General de las Naciones Unidas y ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene contra Cuba".
Claro que esta cláusula "antigolpe de estado" no está pensada para Cuba, la única dictadura del continente, y cuyos representantes en la cumbre han dado el visto bueno al documento. Y eso que la declaración afirma que la comunidad iberoamericana "se asienta en el respeto irrestricto del Estado de Derecho, el respeto a la soberanía, la defensa de la democracia (...) el respeto a los Derechos Humanos y las libertades fundamentales, que son requisitos esenciales para la participación en los distintos órganos de la Conferencia Iberoamericana". Dentro de estas libertades fundamentales, se cita por ejemplo "el no ser arbitrariamente detenido, preso o desterrado" y "la libertad de opinión y expresión".
Es decir, una vez más, la Cumbre Iberoamericana nos deja una declaración con poco contenido y que está diseñada sobre todo para países cuyas acciones puedan incomodar a algunos aliados -como el caso de Honduras con el bloque el ALBA de Chávez- y no para recomendar a otros estados como Cuba que no sólo se dirijan hacia la democracia sino que respete las libertades que muy pocos cubanos tienen.