LD (Agencias) “No hay electricidad en la ciudad, y aunque, después de veinticuatro horas, se ha logrado restablecer en un cuarenta por ciento el suministro de agua, su calidad es muy inferior y es además claramente insuficiente” para toda la población, afirmó Balthasar Staehlin, delegado general para Oriente Medio del CICR.
Stahelin dijo que el CICR trata actualmente de acceder a la estación de bombeo del agua, pero no “ha podido conseguir aún el salvoconducto de todas las partes” beligerantes, aunque no especificó quién ponía obstáculos. A preguntas de los periodistas, el delegado dijo no tener tampoco ninguna indicación sobre el uso por los aliados de “bombas de racimo” sobre Basora, ni cifras sobre víctimas o sobre las circunstancias exactas de los bombardeos, pese a la presencia de seis funcionarios expatriados del CICR y el más numeroso personal local.
Por lo que se refiere a la situación en el Norte de Irak, señaló que de momento no es excesivamente dramática ya que muchos de los que huyeron de las ciudades a las montañas lo hicieron con pertrechos y alimentos, fueron albergados en muchos casos por familiares o amigos e incluso algunos han regresado. Más dramática es la situación de los desplazados internos de las áreas controladas por el Gobierno iraquí, que son los más vulnerables, dijo Staehlin. Este cifró su número en unos tres mil, de los que ya se está asistiendo a un millar.
Stahelin dijo que el CICR trata actualmente de acceder a la estación de bombeo del agua, pero no “ha podido conseguir aún el salvoconducto de todas las partes” beligerantes, aunque no especificó quién ponía obstáculos. A preguntas de los periodistas, el delegado dijo no tener tampoco ninguna indicación sobre el uso por los aliados de “bombas de racimo” sobre Basora, ni cifras sobre víctimas o sobre las circunstancias exactas de los bombardeos, pese a la presencia de seis funcionarios expatriados del CICR y el más numeroso personal local.
Por lo que se refiere a la situación en el Norte de Irak, señaló que de momento no es excesivamente dramática ya que muchos de los que huyeron de las ciudades a las montañas lo hicieron con pertrechos y alimentos, fueron albergados en muchos casos por familiares o amigos e incluso algunos han regresado. Más dramática es la situación de los desplazados internos de las áreas controladas por el Gobierno iraquí, que son los más vulnerables, dijo Staehlin. Este cifró su número en unos tres mil, de los que ya se está asistiendo a un millar.