L D (EFE)/B> La coalición se derrumbó este sábado después de que el Partido Campesino Polaco (PSL), miembro de la alianza gubernamental, votara el pasado jueves contra una ley del Gobierno junto con la oposición, pero las causas de la ruptura son mucho más profundas.
Poco después de esto, el primer ministro Miller solicitó al presidente del país, Aleksander Kwasniewski, la expulsión de los miembros del Ejecutivo pertenecientes al PSL: el ministro de Agricultura, Jaroslaw Kalinowski, y el de Medio Ambiente, Stanislaw Zelichowski.
La composición del Parlamento polaco es ahora muy desfavorable para el Gobierno de Miller, pues los liberales de la Alianza Cívica (PO), los populistas del partido Ley y Justicia (PiS) y los nacionalistas ultra-católicos de la Liga de las Familias Polacas (LPR) no quieren ni oír hablar de una alianza con los ex comunistas. La única fuerza que podría aceptar una alianza de Gobierno es la agrupación agraria radical “Autodefensa”, entre cuyas actividades políticas se cuentan el corte de carreteras, la ocupación de edificios públicos y la organización de otros actos de “rebelión social”, incluso en el Parlamento.
En el Parlamento polaco hay varios diputados independientes que podrían incorporarse de manera más o menos formal a la alianza de socialdemócratas y socialistas que sostiene al Gobierno. Si Miller consiguiese ese apoyo, sólo necesitaría una decena de votos más para poner en práctica sus proyectos y, según fuentes próximas al Gobierno, eso sería relativamente fácil de lograr. Por el momento, todo parece indicar que Miller optará por el Gobierno en minoría, sin perder de vista la posibilidad de convocar elecciones anticipadas tras el referéndum comunitario. Pero la ruptura de la coalición pone en peligro el resultado de esa votación, pues el PSL, aunque sus representantes participaron activamente en la elaboración del acuerdo final entre Polonia y la Comisión Europea, podría pedir a sus seguidores que no voten.
Poco después de esto, el primer ministro Miller solicitó al presidente del país, Aleksander Kwasniewski, la expulsión de los miembros del Ejecutivo pertenecientes al PSL: el ministro de Agricultura, Jaroslaw Kalinowski, y el de Medio Ambiente, Stanislaw Zelichowski.
La composición del Parlamento polaco es ahora muy desfavorable para el Gobierno de Miller, pues los liberales de la Alianza Cívica (PO), los populistas del partido Ley y Justicia (PiS) y los nacionalistas ultra-católicos de la Liga de las Familias Polacas (LPR) no quieren ni oír hablar de una alianza con los ex comunistas. La única fuerza que podría aceptar una alianza de Gobierno es la agrupación agraria radical “Autodefensa”, entre cuyas actividades políticas se cuentan el corte de carreteras, la ocupación de edificios públicos y la organización de otros actos de “rebelión social”, incluso en el Parlamento.
En el Parlamento polaco hay varios diputados independientes que podrían incorporarse de manera más o menos formal a la alianza de socialdemócratas y socialistas que sostiene al Gobierno. Si Miller consiguiese ese apoyo, sólo necesitaría una decena de votos más para poner en práctica sus proyectos y, según fuentes próximas al Gobierno, eso sería relativamente fácil de lograr. Por el momento, todo parece indicar que Miller optará por el Gobierno en minoría, sin perder de vista la posibilidad de convocar elecciones anticipadas tras el referéndum comunitario. Pero la ruptura de la coalición pone en peligro el resultado de esa votación, pues el PSL, aunque sus representantes participaron activamente en la elaboración del acuerdo final entre Polonia y la Comisión Europea, podría pedir a sus seguidores que no voten.