L D (Agencias) Las 56 delegaciones de los países que integran la OCI se reúnen este miércoles en Doha, Qatar, para discutir dos propuestas totalmente divergentes sobre el futuro de Irak. Emiratos Árabes Unidos pide a Sadam Husein que opte por el exilio para detener la guerra en el Golfo Pérsico. La iniciativa también fue remitida al Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y cuenta con el apoyo de Kuwait y Bahrein. La sugerencia emiratí ofrece inmunidad al dictador iraquí, a sus colaboradores y familiares, a cambio de que deje el poder en manos de un protectorado compartido por la ONU y la Liga Árabe. Sin embargo, varios líderes de la región ya han justificado su rechazo argumentando que el cambio de régimen es una cuestión que sólo compete a cada pueblo.
EEUU exige dos fórmulas para detener un eventual ataque: el desarme total de Bagdad o el exilio de Sadam. Frente a la propuesta de EAU, Irán, uno de los principales enemigos de Irak, ha presentado un plan alternativo en el que estarían implicadas las Naciones Unidas. El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Kamal Jarazi, dijo que este plan incluiría un proyecto de reconciliación con la oposición iraquí que desembocaría en la formación de “un Gobierno de amplia base con representación de todas las minorías y grupos étnicos y religiosos”, así como del actual régimen de Bagdad, al que pidió una repuesta positiva. A pesar de la propuesta, el ministro iraní aclaró, sin embargo, que su país no quiere inmiscuirse en los asuntos iraquíes porque “deben de decidir por sí mismos su propio futuro”.
El exilio como (única) salida
Agentes secretos que operan en Irak han confirmado que la amenaza militar comienza a provocar pánico en el régimen. Varios informes confirman que personajes clave del Ejército y del gubernamental partido Baaz abandonan Irak junto con sus familias y una gran cantidad de dinero. Sadam Husein ha ordenado una “caza de brujas” para detener la desbandada. En ese contexto, medios de comunicación occidentales desvelaron que EEUU pidió a Arabia Saudí sin éxito que aceptara a Husein en su territorio. El dictador exigía a cambio inmunidad y una indemnización de 2.200 millones de dólares. En contraste, días antes, en una inusual entrevista concedida a la CBS , el mandatario iraquí aseguraba que estaba dispuesto a morir en su país para preservar su honor.
Diversos rotativos estadounidenses habían desvelado también que Arabia Saudí tenía otro plan alternativo: ofreció, al parecer, importantes sumas de dinero y total inmunidad a los miembros del Gobierno de Sadam Husein que protagonizaran un alzamiento contra el dictador. De hecho, lo que más teme Sadam en estos momentos es una crisis interna que provoque su caída y, seguramente, su muerte. Sin embargo, la amenaza de una guerra parece preocuparle mucho menos, ya que el dictador espera poder escapar.
EEUU exige dos fórmulas para detener un eventual ataque: el desarme total de Bagdad o el exilio de Sadam. Frente a la propuesta de EAU, Irán, uno de los principales enemigos de Irak, ha presentado un plan alternativo en el que estarían implicadas las Naciones Unidas. El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Kamal Jarazi, dijo que este plan incluiría un proyecto de reconciliación con la oposición iraquí que desembocaría en la formación de “un Gobierno de amplia base con representación de todas las minorías y grupos étnicos y religiosos”, así como del actual régimen de Bagdad, al que pidió una repuesta positiva. A pesar de la propuesta, el ministro iraní aclaró, sin embargo, que su país no quiere inmiscuirse en los asuntos iraquíes porque “deben de decidir por sí mismos su propio futuro”.
El exilio como (única) salida
Agentes secretos que operan en Irak han confirmado que la amenaza militar comienza a provocar pánico en el régimen. Varios informes confirman que personajes clave del Ejército y del gubernamental partido Baaz abandonan Irak junto con sus familias y una gran cantidad de dinero. Sadam Husein ha ordenado una “caza de brujas” para detener la desbandada. En ese contexto, medios de comunicación occidentales desvelaron que EEUU pidió a Arabia Saudí sin éxito que aceptara a Husein en su territorio. El dictador exigía a cambio inmunidad y una indemnización de 2.200 millones de dólares. En contraste, días antes, en una inusual entrevista concedida a la CBS , el mandatario iraquí aseguraba que estaba dispuesto a morir en su país para preservar su honor.
Diversos rotativos estadounidenses habían desvelado también que Arabia Saudí tenía otro plan alternativo: ofreció, al parecer, importantes sumas de dinero y total inmunidad a los miembros del Gobierno de Sadam Husein que protagonizaran un alzamiento contra el dictador. De hecho, lo que más teme Sadam en estos momentos es una crisis interna que provoque su caída y, seguramente, su muerte. Sin embargo, la amenaza de una guerra parece preocuparle mucho menos, ya que el dictador espera poder escapar.