LD (EFE) Tras un animado debate de unas cinco horas sobre la iniciativa gubernamental para dotar a los británicos de un documento nacional de identidad, 385 de los miembros de la Cámara de los Comunes votaron a favor del proyecto, frente a 93 que se pronunciaron en contra.
Según ha informado la cadena pública BBC, varias docenas de diputados laboristas rechazaron el plan del Gobierno que dirige el primer ministro o se abstuvieron en la votación. Esa postura nunca puso en peligro la gran mayoría parlamentaria del laborismo.
Algunos diputados de la oposición conservadora también desoyeron a su líder, Michael Howard, partidario de la medida de Tony Blair, y votaron en contra del plan o se abstuvieron, mientras que los liberal-demócratas, tercer partido británico, votaron a favor.
El Ejecutivo laborista pretende introducir el carné en 2008, pero no será obligatorio hasta 2013, pese a que los críticos del proyecto creen que es una medida cara que no evitará atentados y que, además, restringirá las libertad de los portadores. El carné que promueve el Gobierno tiene el tamaño de un tarjeta de crédito y dispone de un chip electrónico capaz de registrar la fotografía de un ciudadano, sus huellas digitales y datos como la dirección familiar o la fecha de nacimiento.