Kosovo se dispone a declarar una independencia que removerá los cimientos del Derecho Internacional
En caso de cumplirse los pronósticos, el Parlamento kosovar declarará mañana la independencia unilateral de Kosovo. Esta proclamación, a la que se opone firmemente Serbia con el apoyo de Rusia, polarizará a la opinión pública internacional, por constituir un acontecimiento que afecta a los principios doctrinales más elementales del Derecho Internacional. Podría sentar un precedente de aceptación ilegal de una independencia al margen del Consejo de Seguridad de la ONU.
L D (Europa Press) El Kosovo que surja de la declaración de independencia va a ser un Estado sui generis que no va a tener representación en Naciones Unidas, no va a tener Ejército propio -las únicas tropas serán las de la OTAN- y sólo tendrá los policías y jueces que aporte la UE. En concreto, sería más correcto definirlo como un protectorado que como un Estado. En todo caso, se trataría de la independencia "tutelada" propuesta en el plan del enviado especial de la ONU para Kosovo, Martti Ahtisaari.
En principio, el Parlamento kosovar aprobará mañana, domingo, una mera declaración de intenciones en favor de la independencia de Kosovo, pero habrá que esperar al 10 de marzo para que ésta sea efectiva. Según informó el pasado martes el más influyente diario albanokosovar, el Koha Ditore -que citó fuentes diplomáticas de la UE y de la OTAN-, durante esta tres semanas se adoptará todo un cuerpo legislativo inspirado en el plan de Ahtisaari, se aprobará la nueva Constitución y se llevarán a cabo los procedimientos diplomáticos necesarios para conseguir el reconocimiento internacional.
Este tercer aspecto es fundamental. En términos jurídicos, Serbia cuenta con argumentos suficientes para oponerse a la independencia, amparándose en la Resolución 1244 de junio de 1999 del Consejo de Seguridad de la ONU, que establecía que Kosovo debía seguir siendo parte integrante de la entonces República Federal de Yugoslavia, y por tanto de Serbia, su sucesora como sujeto de derecho internacional.
Con este propósito y estos argumentos, el ministro serbio de Asuntos Exteriores, Vuk Jeremic, pidió el pasado jueves por la noche ante el Consejo de Seguridad el "pleno respeto" de la Resolución 1244 frente a cualquier intento de independencia e instó al jefe de la misión de la ONU (MINUK), Joakkim Ruecker, a que "ejerza sus poderes" invalidando "inmediatamente" la independencia unilateral y disolviendo el Parlamento kosovar en caso de declararla.
Aparte, el Gobierno de Serbia aprobó ese mismo día una resolución para anular y declarar ilegal de antemano cualquier acción política de las instituciones de Kosovo que conduzca a la declaración unilateral de independencia y pidió una reunión de emergencia del Parlamento para su inmediata aprobación. Belgrado no aceptará "un Estado títere en su propio territorio", declaró el primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, al diario serbio Glas Javnosti.
Precedente internacional
Lo cierto es que el Consejo de Seguridad ha hecho una clara dejación de funciones en este asunto y es bastante probable que, una vez que Kosovo declare la independencia, Estados Unidos y la mayoría de los países de la UE y otras naciones occidentales reconozcan el nuevo Estado de manera inmediata.
El propio primer ministro kosovar, Hashim Thaci, aseguró el pasado 8 de febrero, sin mencionar nombres, que tenía la "confirmación" de que cerca de cien países estaban "dispuestos a reconocer la independencia de Kosovo inmediatamente después de la declaración". No obstante, algunos países, y entre ellos algunos occidentales e incluso miembros de la UE, han mostrado expresamente su oposición a la independencia unilateral de Kosovo, con los argumentos de que violaría el Derecho Internacional y abriría la espita para situaciones similares en todo el mundo.
El propio Jeremic fue claro ante el Consejo: "Todos sabemos que hay decenas de 'Kosovos' en todo el mundo esperando que se legitime su secesión". Asimismo, el presidente serbio, Boris Tadic, advirtió el pasado fin de semana de que la independencia de Kosovo marcaría el inicio de una inminente escalada de tensión en los "muchos conflictos" existentes en el mundo, e incluso instigaría "quién sabe cuántos nuevos".
En este mismo sentido, el viceprimer ministro ruso, Sergei Ivanov, advirtió el pasado lunes de que el reconocimiento por parte de Europa de la independencia de Kosovo dejaría al margen el Derecho Internacional y abriría la "caja de pandora". De hecho, el propio Ministerio ruso de Asuntos Exteriores admitió en un comunicado que "la declaración y reconocimiento de la independencia de Kosovo obligará a Rusia a ajustar su política hacia Abjazia y Osetia Sur", dos regiones de Georgia controladas de facto por movimientos independentistas que cuentan con el indudable apoyo de Moscú.
El primer ministro kosovar salió ayer, viernes, al paso de estos argumentos asegurando que Kosovo es "un caso único" que "no puede compararse a ningún otro país" en el mundo, por lo que "no debería representar un precedente" ni desencadenar "un efecto dominó". A juicio de Thaci -antiguo líder de los rebeldes del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK)-, la independencia de Kosovo "será la piedra angular para la paz y la estabilidad en los Balcanes" y "traerá un largo periodo de paz y cooperación".
Discrepancias en la UE
La posición de la UE con respecto a la independencia unilateral de Kosovo se formalizará el lunes 18 en el Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores, que reunirá a los ministros de Exteriores de los Veintisiete. La UE está dividida entre aquellos países favorables a la independencia y los reticentes. Por ello, lo más probable es que de ese Consejo salga una escueta declaración en la que los Veintisiete tomen "nota" de la independencia unilateral de la provincia serbia y señalen que "no es un precedente".
El reconocimiento de Kosovo no corresponderá a la UE sino a cada Estado a título individual. Algunos países podrían anunciar el mismo lunes que están dispuestos a reconocer la independencia de Kosovo, como es el caso de Alemania, Dinamarca y Reino Unido. Los países miembros dispuestos a reconocer a Kosovo rozan la veintena, aunque en algunos de ellos, como Italia o Bélgica, se precisará una autorización parlamentaria. En el tercer grupo de países contrarios a reconocer la independencia se encuentran España, Grecia, Chipre, Rumanía y Eslovaquia.
La ministra de Asuntos Exteriores chipriota, Erato Kozakou-Marcoullis, declaró a Europa Press que su país "nunca reconocerá" un Kosovo independiente y advirtió de que la declaración unilateral de independencia sentará un "precedente" no sólo para que otras regiones separatistas la emulen sino porque "socavará el Derecho Internacional, la Carta de Naciones Unidas y las resoluciones del Consejo".
En todo caso, descartó que pueda equipararse el caso de Kosovo con la autoproclamada República Turca de Chipre Norte (RTCN). "En nuestro caso tenemos ya un intento de secesión y existe ya una reacción sólida y fuerte del Consejo de Seguridad" en su contra. "Por eso sólo Turquía ha reconocido esta entidad ilegal".
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