L D (EFE) "Hemos intentado superar todos los obstáculos, pero una vez más llegamos a un callejón sin salida", subrayó Karame, antes de negar que existan diferencias con el presidente del país, Emile Lahud, y el jefe del Parlamento, Nabih Berri.
El primer ministro designado reveló, asimismo, que ha decidido retirarse de las conversaciones de "Ain al-Tina", emprendidas el pasado 1 de abril para tratar de formar un gabinete que atempere la crisis institucional que vive el Líbano desde hace dos meses. La crisis estalló el pasado 14 de febrero, fecha en la que fue asesinado en Beirut el ya entonces ex primer ministro libanés Rafic Hariri. "El pasado lunes me reuní durante más de cinco horas con Lahud y Berri en el palacio presidencial de Baabda, e intentamos superar todos los obstáculos, pero no lo logramos. Por eso decidimos dar más tiempo para las consultas", indicó. "Mi deseo era formar un Gobierno capaz de celebrar elecciones limpias, de las que se sintiera orgullosa la opinión pública. Hoy, después de varios intentos, topamos con un nuevo callejón sin salida", agregó.
La formación de un Ejecutivo resulta indispensable para que se puedan convocar las elecciones legislativas, previstas para mayo, ya que según la Constitución, cada Gobierno saliente debe aprobar una nueva ley electoral que regule los comicios. Esta es la segunda vez que Karame fracasa en la formación de un Ejecutivo desde que el pasado 28 de febrero presentara su dimisión presionado por el clamor popular que acusaba a Siria y a las fuerzas libanesas pro sirias de instigar el asesinato de Hariri. Las mismas presiones obligaron al Gobierno de Damasco a ordenar la retirada de las tropas que mantenía en suelo libanés desde 1976, repliegue que concluirá a finales del presente mes.
La formación de un Ejecutivo resulta indispensable para que se puedan convocar las elecciones legislativas, previstas para mayo, ya que según la Constitución, cada Gobierno saliente debe aprobar una nueva ley electoral que regule los comicios. Esta es la segunda vez que Karame fracasa en la formación de un Ejecutivo desde que el pasado 28 de febrero presentara su dimisión presionado por el clamor popular que acusaba a Siria y a las fuerzas libanesas pro sirias de instigar el asesinato de Hariri. Las mismas presiones obligaron al Gobierno de Damasco a ordenar la retirada de las tropas que mantenía en suelo libanés desde 1976, repliegue que concluirá a finales del presente mes.