L D (Agencias) Para lograr obtener esos resultados, el líder socialista necesita aproximadamente el 45-46 por ciento de los sufragios y sería la primera vez que su partido lo consigue en los 30 años de la democracia lusa. Todo dependerá de los índices de participación, que según las encuestas serán bajos. Este sábado, el presidente Jorge Sampaio lanzó un llamado para que los electores acudan a las urnas: "Portugal está en una encrucijada y en este momento la elección de la mejor forma de responder a la crisis portuguesa está en manos de los ciudadanos". Sampaio aseguró que confía en la responsabilidad del electorado, "en su seriedad y lucidez", ya que "vamos a votar con responsabilidad cívica y confianza en la democracia de nuestro país".
El rival de Sócrates en estas elecciones es el aún primer ministro en funciones y líder del Partido Social Demócrata (PSD), Pedro Santana Lopes, que puede situarse a más de 14 puntos por detrás del líder socialista. Santana Lopes no cesó de apelar hasta el último momento al voto de los indecisos, a la espera de que éstos impidan su derrota, según informa Efe .
Los sondeos difundidos el viernes, antes del cierre de la campaña, pronosticaron la victoria de Sócrates, y la probabilidad de que consiga la mayoría absoluta. Pero, la victoria socialista puede verse afectada por el porcentaje de los abstencionistas y los resultados de una campaña anónima para votar en blanco y así "descalificar a todos los políticos". Cuando presentó el programa electoral del PS, el pasado 22 de enero, el ex comisario europeo socialista, Antonio Vitorino, advirtió de que la abstención "es el principal enemigo". La tercera formación más votada resultará de una lucha que hasta el último momento han mantenido el conservador Partido Popular (CDS-PP), socio de Gobierno del PSD en la pasada legislatura, los comunistas del PCP y los radicales del Bloco de Esquerda (BE).
Con ese escenario, la batalla más reñida se libra entre estos tres partidos sin posibilidades de victoria, que tratan por un lado de convertirse en tercera fuerza en el nuevo Parlamento y de restar votos a los grandes para contar en futuras alianzas, si fuesen necesarias. El conservador CDS-PP, que es ahora la tercera fuerza, sabe que si los socialistas no consiguen mayoría suficiente, cabe la esperanza de perpetuar la coalición con el PSD que colocó al líder derechista, Paulo Portas, como pieza clave de la gobernación desde 2002.
Por la izquierda, el Partido Comunista es probable que no sea invitado por ninguno de sus rivales a formar una mayoría, pero trata de mantener el prestigio heredado de los tiempos que siguieron a la Revolución de los Claveles (1974), cuando el PCP alcanzó sus mayores cotas de poder. En ese mismo lado del espectro político, los radicales del BE, que han experimentado un notable ascenso de intenciones de voto, aspiran a contar con fuerza suficiente para condicionar al probable Gobierno socialista.
La campaña se inició el pasado día 6, aunque los partidos políticos lusos han vivido la vorágine electoral desde diciembre pasado, cuando Sampaio anunció la disolución del Parlamento, descontento con los cuatro meses de Santana Lopes como jefe de Gobierno. Santana Lopes y el centroderecha no aceptaron de buen grado la decisión constitucional del presidente, que ha sido objeto de duras críticas desde entonces. El líder del PSD recibió el testigo como líder de su partido y primer ministro de José Manuel Durao Barroso, que en julio de 2004 aceptó ser candidato a presidir la Comisión Europea.
El rival de Sócrates en estas elecciones es el aún primer ministro en funciones y líder del Partido Social Demócrata (PSD), Pedro Santana Lopes, que puede situarse a más de 14 puntos por detrás del líder socialista. Santana Lopes no cesó de apelar hasta el último momento al voto de los indecisos, a la espera de que éstos impidan su derrota, según informa Efe .
Los sondeos difundidos el viernes, antes del cierre de la campaña, pronosticaron la victoria de Sócrates, y la probabilidad de que consiga la mayoría absoluta. Pero, la victoria socialista puede verse afectada por el porcentaje de los abstencionistas y los resultados de una campaña anónima para votar en blanco y así "descalificar a todos los políticos". Cuando presentó el programa electoral del PS, el pasado 22 de enero, el ex comisario europeo socialista, Antonio Vitorino, advirtió de que la abstención "es el principal enemigo". La tercera formación más votada resultará de una lucha que hasta el último momento han mantenido el conservador Partido Popular (CDS-PP), socio de Gobierno del PSD en la pasada legislatura, los comunistas del PCP y los radicales del Bloco de Esquerda (BE).
Con ese escenario, la batalla más reñida se libra entre estos tres partidos sin posibilidades de victoria, que tratan por un lado de convertirse en tercera fuerza en el nuevo Parlamento y de restar votos a los grandes para contar en futuras alianzas, si fuesen necesarias. El conservador CDS-PP, que es ahora la tercera fuerza, sabe que si los socialistas no consiguen mayoría suficiente, cabe la esperanza de perpetuar la coalición con el PSD que colocó al líder derechista, Paulo Portas, como pieza clave de la gobernación desde 2002.
Por la izquierda, el Partido Comunista es probable que no sea invitado por ninguno de sus rivales a formar una mayoría, pero trata de mantener el prestigio heredado de los tiempos que siguieron a la Revolución de los Claveles (1974), cuando el PCP alcanzó sus mayores cotas de poder. En ese mismo lado del espectro político, los radicales del BE, que han experimentado un notable ascenso de intenciones de voto, aspiran a contar con fuerza suficiente para condicionar al probable Gobierno socialista.
La campaña se inició el pasado día 6, aunque los partidos políticos lusos han vivido la vorágine electoral desde diciembre pasado, cuando Sampaio anunció la disolución del Parlamento, descontento con los cuatro meses de Santana Lopes como jefe de Gobierno. Santana Lopes y el centroderecha no aceptaron de buen grado la decisión constitucional del presidente, que ha sido objeto de duras críticas desde entonces. El líder del PSD recibió el testigo como líder de su partido y primer ministro de José Manuel Durao Barroso, que en julio de 2004 aceptó ser candidato a presidir la Comisión Europea.