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Joerg Haider podría perder este domingo en su feudo de Carintia

El ultranacionalista austríaco Joerg Haider, guía espiritual del Partido Liberal (FPOe), se juega este domingo su futuro político en los comicios regionales de Carintia. A tenor de lo que se desprende de los sondeos, Haider lo tendrá muy complicado para revalidar la victoria que obtuvo en los comicios anteriores.

L D (EFE) Las encuestas coinciden en señalar que el FPOe, con un 37 por ciento de votos (un 5 por ciento menos que en las elecciones de hace cuatro años), será superado en Carintia por la oposición socialdemócrata (SPOe), que podría obtener hasta un 40 por ciento de las papeletas.

Incluso aunque lograse hacerse con la victoria, Haider lo tendría muy difícil para continuar como gobernador de Carintia, toda vez que los socialdemócratas y el Partido Popular (OeVP), su socio en el gobierno de Viena, han anunciado a bombo y platillo durante la campaña que en ningún caso apoyarán su reelección.

Los conservadores austríacos de Carintia expresaron el pasado diciembre su hartazgo por los exabruptos del líder ultra, experto en poner verde a cualquier estadista que se le ponga a tiro. Entonces, poco antes de Navidad, Haider aportó la gota que colmó el vaso al comparar al presidente estadounidense, George Bush, con el derrocado dictador iraquí, Sadam Hussein, y dar a entender que tan criminal de guerra era el uno como el otro.
 
Los ultras, en caída libre

El ocaso de Haider, sin embargo, no es algo nuevo. Se remonta a la depuración que hizo hace dos años en las filas de su partido, cuando "liquidó" a los representantes de la generación joven, encabezada por la entonces presidenta del FPOe y vicecanciller austríaca Susanne Riess-Passer. Haider perdió el control de la situación cuando forzó la dimisión de la que había sido hasta ese momento una de sus mayores incondicionales, reventó la coalición gubernamental en Viena y provocó elecciones anticipadas.

El FPOe, tras lograr en 1999 los mejores resultados de su historia y convertirse en la segunda fuerza política austríaca, cayó en picado en las elecciones de noviembre 2002 y estuvo a punto de convertirse en la cuarta fuerza parlamentaria, por debajo incluso de los verdes.

Desde entonces, Haider y su partido no han hecho sino cosechar derrota tras derrota en los diferentes comicios celebrados en los Estados federados, como las sufridas el pasado año en la Alta Austria y el Tirol.
 
Todo parece indicar que este domingo les espera un nuevo batacazo en el Estado de Salzburgo: los sondeos pronostican que el FPOe caerá desde el 20 por ciento de votos conseguidos en 1999 hasta un paupérrimo 7 por ciento.

Más sorprendente incluso que la fuerte caída del FPOe en Salzburgo es la previsible derrota del Partido Popular (OeVP) del canciller federal, Wolfgang Schüssel, ininterrumpidamente en el poder en ese Estado desde la II Guerra Mundial. Las encuestas indican que, gracias en gran parte al carisma de su líder local, Gabriele Burgstaller, la oposición socialdemócrata logrará por vez primera hacerse con el poder en el que se ha considerado hasta ahora como el estado más conservador de Austria, con una ventaja de hasta un 5 por ciento de los votos sobre el OeVP.

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