Jiménez dice que habló con los cooperantes "antes del desmantelamiento del campamento"

Las cosas no cuadran. Hace solo unos días tanto Ramón Jáuregui como Trinidad Jiménez se afanaban en negar que el ministro de Exteriores marroquí hubiera informado a la ministra de que asaltaría el campamento protesta de El Aaiún, como afirmaba El País.

Pero sus declaraciones de este lunes siguen otra senda. La responsable de la diplomacia española presumía de haber estado en "constante contacto" con los españoles que se encontraban en la capital del Sáhara Occidental, " antes incluso del desmantelamiento del campamento" aseguraba.

"Hace más de tres semanas las autoridades consulares españolas y las nuestras en Rabat se pusieron en contacto con todos los españoles, durante esas tres semanas lo hemos hecho periódicamente, aunque no siempre es posible, en el último contacto para salir de allí les di mi garantía personal de que podían salir, salieron dos cooperantes, su familia les convenció, en el otro caso han preferido quedarse y el Gobierno de España les garantiza su seguridad" aseguró.

En todo lo demás: Ninguna o poca novedad. Trinidad Jiménez sigue sin hacer autocrírica de su nefasta gestión de la crisis del Sáhara. La ministra de Exteriores ha sido entrevistada en la Ser –cuyos periodistas fueron defenestrados por ella misma- y ha vuelto a evitar criticar a Rabat en lo más mínimo, ya que "no hay información certera, ni siquiera del frente Polisario".

La excusa que ha repetido hasta la saciedad la titular de Exteriores es que el conflicto del Sáhara Occidental "no es un asunto bilateral entre Marruecos y España", obviando el hecho de que se trata de una antigua colonia española.

Sobre la tibieza de la respuesta de España al asalto de Maruecos al campamento protesta, Jiménez se defendió asegurando que: "Que no se haga con voz altisonante, o con más contundencia no se trata de que sea mejor respuesta. Podíamos haber utilizado otra respuesta, pero si entonces se corta la interlocución ¿de qué servimos?" se preguntaba. Además, insistió en que el Ejecutivo sí que se ha preocupado por el continuo hostigamiento a la prensa por parte de Rabat: "Desde el principio le hemos pedido a Marruecos que les dejara hacer su trabajo".

Pero desde luego, en lo que la ministra concentró más fuerzas fue en defender a la teocracia marroquí: "Es el único país en el Magreb que está haciendo elecciones, que está avanzando" asegurando que: "la estabilidad de Marruecos es fundamental para la estabilidad de España", es "una alianza estratégica".

Sobre las responsabilidades de nuestro país en el conflicto del Sáhara occidental, lo dicho por la ministra de Exteriores ha sido una lavada de manos en toda regla. Jiménez se ha quejado de "la insistencia" en que tenga que ser Epaña quien capitanee en la Unión Europea una respuesta a este asunto, cuando "hay muchos más países involucrados". Postura muy distinta a la adoptada con Cuba, antigua colonia también, pero a la que llevan con insistencia ante la UE para que se cambie la posición común.

Ahora, escudándose en que no es un asunto "bilateral" entre España y Marruecos, la titular de exteriores carga contra todo lo que haya por delante: "Es que el mismo día que Marruecos desmantela el campamento, el frente Polisario y Marruecos estaban cenando en Nueva York para retomar las conversaciones" atizaba, "lo que no se le exige al Polisario se le pretende exigir al Gobierno de España". "Es la Unión Europea la que tendría que hablar con Marruecos".

Jiménez considera que las críticas recibidas por su tibieza ante Marruecos parten de "la especial sensibilidad de la sociedad española con el pueblo saharaui", sensibilidad a la que también se ha querido sumar: "España siempre ha defendido el derecho a la libre autodeterminación del pueblo saharaui". Lo cual, parece no comprometerla en ningún grado, ya que ha insistido en que: "No encabezaremos ninguna propuesta ante la UE" como si ocurre con Cuba.