A pesar de que fue la propia Trinidad Jiménez la que impuso el plazo de 48 horas para que el régimen iraní diera explicaciones o se disculpara por la detención del cónsul español en Teherán, ahora parece que matiza sus intenciones.
El cónsul fue detenido por varios policías de paisano cuando se hallaba en los aledaños de la embajada española, situada en el norte de la capital iraní, y llevado a una comisaría de extranjería pese a haberse identificado como diplomático. El encargado de Asuntos Consulares fue liberado casi cuatro horas y media después, sin que se le imputara ningún tipo de delito.
La ministra a día de hoy vuelve a repetir, esta vez desde Londres, lo mismo que ya dijo hace dos días: "Hasta el momento no hemos recibido respuesta y desde luego que si no recibimos una respuesta satisfactoria a un hecho que consideramos muy grave, el Gobierno de España está considerando llamar a consultas al embajador de España".
Fuentes del Ministerio consultadas por Libertad Digital, se limitan a remitir a estas palabras. No obstante, intentan excusar la no llamada a consultas al embajador en el plazo fijado por la jefa de la diplomacia en que las cosas en este ámbito "no son tan rígidas".
Eso sí, desde Exteriores ponen el acento en las "disculpas". "Sobre todo" lo que España pide a Teherán es que pida perdón por este hecho "gravísimo", que "viola" el Convenio de Viena.