LD (EFE) A Jean Chrétien, primer ministro por el Partido Liberal desde 1993 hasta finales del 2003, le preguntarán por los contratos concedidos a empresas de publicidad de Québec tras el referéndum independentista de 1995 y que, según la Auditora General del país, en muchos casos parecen haber servido para canalizar dinero público a empresas cercanas al gobierno.
En total, entre 80 y 160 millones de dólares fueron concedidos a las empresas publicitarias, oficialmente para promover la imagen de Canadá en la provincia francófona de Québec. La oposición cree que el dinero sirvió para pagar a amigos de los liberales.
La esperada defensa de Chrétien para justificar los contratos con las compañías quebequesas se basa en que el país estaba al borde de la ruptura por el gobierno soberanista quebequés, que acababa de perder el referendo independentista por unas pocas décimas del porcentaje de votos.
Jean Carle, ex director de operaciones de Chrétien, explicó el viernes cómo en el 2000 creó un rastro falso de documentos, mientras era ejecutivo del Banco de Desarrollo Empresarial de Canadá, para ocultar el pago de 100.000 dólares en uno de los contratos cuestionados por Fraser. La declaración de Carle ha dejado a Chrétien, y por extensión al gobernante Partido Liberal, expuesto, o al menos eso piensan sus oponentes políticos.
Durante sus cuarenta años de vida política, Chrétien se ha destacado por su firmeza, instinto político, maneras escasamente diplomáticas y gusto por una buena pelea.