L D (EFE) La oferta la hizo el primer ministro Junichiro Koizumi al ex secretario de estado de EEUU James Baker, quien llegó ayer a Tokio como enviado especial del presidente George W. Bush para negociar la reducción de la deuda iraquí con los principales países acreedores del mundo.
Según fuentes oficiales, en una reunión esta mañana Koizumi comunicó a Baker la decisión de recortar las obligaciones financieras contraídas por Irak en el seno de la reunión del Club de París que tendrá lugar el año entrante entre las naciones acreedoras. La cifra específica se desconoce por el momento, ya que Koizumi tampoco se la dijo a Baker, aunque según fuentes oficiales niponas será considerable.
El Gobierno de Japón es el principal acreedor de Irak, país que debe 4.100 millones de dólares en créditos y seguros oficiales a la exportación, cantidad que se dobla casi hasta los 7.000 millones al incluir el recargo de su mora, según datos gubernamentales. Irak tiene contraído con 19 países del Club de París un débito oficial total de 21.000 millones de dólares, aunque según cálculos estadounidenses la cifra se sitúa en los 120.000 millones al incluir la deuda del sector privado. Portavoces gubernamentales indicaron que Koizumi se comprometió con Baker a eliminar "la mayor parte" de las obligaciones financieras oficiales, una vez que el Club de París alcance un acuerdo al respecto.
Fuentes oficiales señalaron que Tokio y Washington estudiarán hasta qué punto Japón puede eliminar dos tercios de sus derechos acreedores. "Koizumi y Japón han tomado el liderazgo en la reconstrucción de Irak, algo extremadamente importante y que EEUU agradece", dijo hoy Baker. El mandatario nipón justificó la decisión como una concesión más de Japón dentro de las responsabilidades contraídas con la reconstrucción de Irak, pues desde un comienzo Koizumi dio su pleno respaldo al presidente Bush en su lucha contra el régimen de Sadam Husein y el terrorismo.
"(La condonación de la deuda) es esencial para lograr que el pueblo iraquí tenga la oportunidad de construir un país próspero y libre, y es de especial importancia para la estabilidad y seguridad internacional", señaló Koizumi. Hasta hace unos días Japón se opuso rotundamente a la condonación, aunque sí veía factible renegociar la deuda externa de aquel país árabe, ya que consideraba suficiente su aporte financiero a la reconstrucción de aquel país. En la Conferencia de Madrid de países donantes de Irak del pasado mes de octubre Japón anunció una ayuda de 5.000 millones de dólares para ese país que se desembolsará entre 2004 y 2007, la mayor del mundo desarrollado después de la de Estados Unidos.
El cambio de actitud se produjo una vez que Francia, Alemania, Estados Unidos y Rusia mostraron días atrás su disposición a rebajar las deudas de Irak como una contribución a la rehabilitación de ese país. Baker llegó anoche a Tokio enviado por el presidente George W. Bush en una misión mediadora para negociar una condonación de la deuda oficial iraquí y tras Japón viajará a China, donde continuará sus gestiones. Baker anuló de su agenda un viaje a Corea del Sur que estaba previsto para después de Tokio y Pekín, debido a las reticencias del Gobierno de Seúl a reducir la deuda del país árabe.
Según fuentes oficiales, en una reunión esta mañana Koizumi comunicó a Baker la decisión de recortar las obligaciones financieras contraídas por Irak en el seno de la reunión del Club de París que tendrá lugar el año entrante entre las naciones acreedoras. La cifra específica se desconoce por el momento, ya que Koizumi tampoco se la dijo a Baker, aunque según fuentes oficiales niponas será considerable.
El Gobierno de Japón es el principal acreedor de Irak, país que debe 4.100 millones de dólares en créditos y seguros oficiales a la exportación, cantidad que se dobla casi hasta los 7.000 millones al incluir el recargo de su mora, según datos gubernamentales. Irak tiene contraído con 19 países del Club de París un débito oficial total de 21.000 millones de dólares, aunque según cálculos estadounidenses la cifra se sitúa en los 120.000 millones al incluir la deuda del sector privado. Portavoces gubernamentales indicaron que Koizumi se comprometió con Baker a eliminar "la mayor parte" de las obligaciones financieras oficiales, una vez que el Club de París alcance un acuerdo al respecto.
Fuentes oficiales señalaron que Tokio y Washington estudiarán hasta qué punto Japón puede eliminar dos tercios de sus derechos acreedores. "Koizumi y Japón han tomado el liderazgo en la reconstrucción de Irak, algo extremadamente importante y que EEUU agradece", dijo hoy Baker. El mandatario nipón justificó la decisión como una concesión más de Japón dentro de las responsabilidades contraídas con la reconstrucción de Irak, pues desde un comienzo Koizumi dio su pleno respaldo al presidente Bush en su lucha contra el régimen de Sadam Husein y el terrorismo.
"(La condonación de la deuda) es esencial para lograr que el pueblo iraquí tenga la oportunidad de construir un país próspero y libre, y es de especial importancia para la estabilidad y seguridad internacional", señaló Koizumi. Hasta hace unos días Japón se opuso rotundamente a la condonación, aunque sí veía factible renegociar la deuda externa de aquel país árabe, ya que consideraba suficiente su aporte financiero a la reconstrucción de aquel país. En la Conferencia de Madrid de países donantes de Irak del pasado mes de octubre Japón anunció una ayuda de 5.000 millones de dólares para ese país que se desembolsará entre 2004 y 2007, la mayor del mundo desarrollado después de la de Estados Unidos.
El cambio de actitud se produjo una vez que Francia, Alemania, Estados Unidos y Rusia mostraron días atrás su disposición a rebajar las deudas de Irak como una contribución a la rehabilitación de ese país. Baker llegó anoche a Tokio enviado por el presidente George W. Bush en una misión mediadora para negociar una condonación de la deuda oficial iraquí y tras Japón viajará a China, donde continuará sus gestiones. Baker anuló de su agenda un viaje a Corea del Sur que estaba previsto para después de Tokio y Pekín, debido a las reticencias del Gobierno de Seúl a reducir la deuda del país árabe.