El primer ministro de Japón, Naoto Kan, ha confirmado esta mañana en Tokio que la central nuclear de Fukushima será desmantelada para evitar futuros accidentes.
También declaró el jefe de Gabinete del Gobierno nipón, Yukio Edano. Este ha explicado que la planta se desmantelará cuando hayan terminado las operaciones de contención. "Si miramos la situación de forma objetiva, (el desmantelamiento) está claro", indicó Edano.
Por otro lado, los ingenieros japoneses han conseguido restablecer la energía en el reactor 2 de Fukushima-1. Esto permitiría restaurar los protocolos internos de refrigeración para impedir nuevas fugas radiactivas.
La intención de TEPCO, la compañía que opera la planta, es la de poner en funcionamiento la sala de control, el sistema de iluminación y el refrigerado del segundo reactor, aprovechando el suministro energético que recibe el reactor 1. El reactor 1 y el reactor 2 están conectados entre sí.
El Gobierno japonés no se plantea aumentar la zona de evacuación
Los niveles de yodo radiactivo registrados en el mar próximo a Fukushima superan en 4.385 veces el límite legal. El director general de la Agencia de Seguridad Nuclear nipona, Hidehiko Nishiyama, afirma que se trata de los índices más altos desde que se produjo el terremoto y posterior tsunami.
Nishiyama considera que estos niveles no suponen riesgos para la salud. El director de la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón argumenta que la población de 20 kilómetros a la redonda ha sido evacuada.
El jefe del Gabinete japonés, Yukio Edano, ha reiterado que no hay planes de extender el perímetro de evacuación, aunque el Gobierno sí ha decidido intensificar la medición de la radiactividad en el suelo.
Sin embargo, la OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica) se mostró partidaria de que la zona de evacuación se extienda al pueblo de Iitate, de 7.000 habitantes y situado a 40 kilómetros de la planta. El organismo de la ONU para la energía nuclear apuntó que los niveles de contaminación en ese lugar son el doble de lo permitido.