LD (Agencias) Después de su detención en un apartamento de Reggio Emilia, en donde residía desde principio de año tras haberse trasladado desde Alemania, Mohamed Daki es interrogado por la Policía de Milán (norte). Según los investigadores, el magrebí había residido en Hamburgo, donde tenía un estrecho contacto con Binalshibh, yemení apresado el pasado año en Pakistán y entregado después a EEUU, que le buscaba como uno de los organizadores de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Binalshibh, por cuya captura Washington había ofrecido una recompensa de 25 millones de dólares, pudo compartir habitación en la citada ciudad alemana con Mohammed Atta, sospechoso de pilotar unos de los aviones que se estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York. En poder de Daki, de 38 años, la Policía italiana ha encontrado un pasaporte marroquí con un visado para viajar a EEUU.
En las escuchas telefónicas practicadas al detenido, hacía alusiones a la preparación de un atentado en Italia y acusaba al gobierno de Silvio Berlusconi de ser “siervo de EEUU”, informaron fuentes policiales. Su detención se ha producido dentro de la operación "Bazar", coordinada por el fiscal milanés Stefano Dambruoso, sobre la conexión italiana de la red Al-Qaeda, en especial con el reclutamiento de voluntarios para luchar en el Kurdistán iraquí junto al grupo extremista islámico Ansar Al Islam.
Binalshibh, por cuya captura Washington había ofrecido una recompensa de 25 millones de dólares, pudo compartir habitación en la citada ciudad alemana con Mohammed Atta, sospechoso de pilotar unos de los aviones que se estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York. En poder de Daki, de 38 años, la Policía italiana ha encontrado un pasaporte marroquí con un visado para viajar a EEUU.
En las escuchas telefónicas practicadas al detenido, hacía alusiones a la preparación de un atentado en Italia y acusaba al gobierno de Silvio Berlusconi de ser “siervo de EEUU”, informaron fuentes policiales. Su detención se ha producido dentro de la operación "Bazar", coordinada por el fiscal milanés Stefano Dambruoso, sobre la conexión italiana de la red Al-Qaeda, en especial con el reclutamiento de voluntarios para luchar en el Kurdistán iraquí junto al grupo extremista islámico Ansar Al Islam.