LD (EFE) Una fuente cercana a la comitiva del primer ministro israelí, Ehud Olmert, que se encuentra de visita en el Reino Unido reveló a la radio pública que el titular de Defensa, Amir Peretz, recibirá la noche de este martes el resultado final de la investigación que ordenó sobre la masacre del viernes pasado en una playa al norte de la franja de Gaza.
En una rueda de prensa celebrada en Luxemburgo, la ministra de Asuntos Exteriores israelí, Tzipi Livni, adelantó que el suceso posiblemente no fue el resultado de un ataque israelí, sino de la detonación de explosivos preparados para ser disparados contra territorio israelí. Agregó que la tragedia se debió, al parecer, "a un explosivo colocado en la playa para futuros ataques nocturnos contra Israel, un sistema utilizado en las pasadas semanas por los terroristas".
Los miembros de la comisión militar que investiga el suceso sospechan que la explosión fue causada por un artefacto que había sido enterrado en la arena por terroristas palestinos de Hamas. Las víctimas, entre ellas un matrimonio y tres de sus hijos, pertenecían a la familia Ghalia del pueblo palestino de Beit Lagye.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Abú Mazen, y el primer ministro, Ismail Haniye, del grupo terrorista Hamas, acusaron a Israel de la explosión, atribuida a un proyectil de artillería disparado contra la playa. Según la emisora, que cita una fuente no identificada, los terroristas recogieron del terreno todos los restos de los explosivos que estallaron.
Una fuente indicó que los peritos israelíes estudiaron restos del metal extraído en el hospital Soroka, de la ciudad israelí de Beersheba, a dos de los palestinos heridos, y además tomaron fotografías con aviones-espía sin piloto que sobrevolaron la zona. Los militares israelíes conjeturan con que los milicianos pudieron colocar una mina terrestre en la playa del norte de Gaza -desde donde suelen disparar sus cohetes Al Kasam contra localidades del sur de Israel- para el caso de una incursión de comandos israelíes.