L D (EFE) El Ejército israelí arrestó a 320 supuestos activistas de la resistencia palestina, y ocho más este miércoles en Jericó, desde que sus principales facciones armadas contra la ocupación militar, hace cinco semanas, proclamaron una tregua (hudna) unilateral por tres meses. La decepción se debe al reducido número de prisioneros que recupera su libertad, de entre cerca de 7.000 "presos de seguridad" y comunes alojados en prisiones del Ejército y en penitenciarías de Israel.
El malestar también cundía en medios de la ANP, cuyo primer ministro, Majmud Abas (Abu Mazen), canceló sin fecha una reunión que tenía prevista para este miércoles con su colega israelí Ariel Sharon. El ministro palestino de Exteriores, Nabil Shaat, informó al diario oficialista Al Ayam de Ramala de que la conferencia sólo podría celebrarse a mediados de este mes pues la agenda de compromisos de Abu Mazen "está completa de momento", antes de emprender este jueves una gira por Arabia saudí y el Golfo Pérsico.
Otro motivo de fricción entre ambos líderes es la negativa de Israel a transferir a la ANP el control de la seguridad en ciudades ocupadas de Cisjordania, entre estas la de Ramala, sede del Gobierno palestino y de su confinado presidente, Yaser Arafat. Los excarcelados serán puestos en libertad y se reunirán con sus parientes en cuatro puestos de control del Ejército de ocupación en Cisjordania, y en el de Erez, en la frontera con la franja de Gaza.
La liberación de 182 prisioneros, activistas de la resistencia encarcelados por "delitos contra la seguridad" pero no sangrientos, y de otros 157 "detenidos administrativos" sin juicio previo, bajo la acusación general de que "son peligrosos", comenzó este miércoles con los de la prisión de Ketziot, en el desierto de Néguev. Los excarcelados fueron sometidos antes a un examen médico y delante de una cámara de televisión firmaron una declaración de que no recurrirán a la violencia en sus actividades políticas.
Otros 99 presos, condenados por delitos comunes o estancia ilegal en Israel, recuperarán su libertad en otra fecha, se informó. "Es una gran desilusión y nos otorga el derecho de reconsiderar (si seguir o no) con la hudna" con Israel, declaró este miércoles a la prensa en Gaza un dirigente de la Yihad Islámica, Hafez Azam.
El Gobierno israelí explicó a la opinión pública que la excarcelación de prisioneros no es una obligación incluida en el plan de paz del Cuarteto de Madrid, la "hoja de ruta" que sirve a Sharón y a Abu Mazen para reanudar las negociaciones de paz. "Se trata de un gesto de buena voluntad para fortalecer (en la calle palestina) a Abu Mazen, un líder pragmático que entiende que por la violencia y el terrorismo no lograrán nada los palestinos", afirman y repiten los portavoces del Gobierno derechista israelí.
Los dirigentes de las facciones de la resistencia que amenazan con retornar a la lucha acusan a Israel de "violar" un supuesto acuerdo con la ANP -que negoció con ellas el alto al fuego- para poner en libertad a todos los prisioneros. El Gobierno israelí, cuyo Gabinete de Seguridad, recibió este miércoles informes de los organismos de seguridad acerca del "fortalecimiento de los terroristas aprovechando la tregua" que proclamaron el pasado 29 de junio, exige a Abu Mazen el desarme de esas facciones. "La tregua de los terroristas es una bomba de tiempo que activarán cada vez que estén insatisfechos con las negociaciones de paz", dijo el ministro israelí de Exteriores, Silván Shalom.
El traslado de los prisioneros en once autobuses por rutas de Cisjordania y del sur de Israel se llevaba a cabo bajo estrictas medidas de seguridad y con los organismos de seguridad en estado de alerta máxima por temor a posibles disturbios en los vehículos y en los territorios ocupados, donde se esperaba la liberación de miles.
El malestar también cundía en medios de la ANP, cuyo primer ministro, Majmud Abas (Abu Mazen), canceló sin fecha una reunión que tenía prevista para este miércoles con su colega israelí Ariel Sharon. El ministro palestino de Exteriores, Nabil Shaat, informó al diario oficialista Al Ayam de Ramala de que la conferencia sólo podría celebrarse a mediados de este mes pues la agenda de compromisos de Abu Mazen "está completa de momento", antes de emprender este jueves una gira por Arabia saudí y el Golfo Pérsico.
Otro motivo de fricción entre ambos líderes es la negativa de Israel a transferir a la ANP el control de la seguridad en ciudades ocupadas de Cisjordania, entre estas la de Ramala, sede del Gobierno palestino y de su confinado presidente, Yaser Arafat. Los excarcelados serán puestos en libertad y se reunirán con sus parientes en cuatro puestos de control del Ejército de ocupación en Cisjordania, y en el de Erez, en la frontera con la franja de Gaza.
La liberación de 182 prisioneros, activistas de la resistencia encarcelados por "delitos contra la seguridad" pero no sangrientos, y de otros 157 "detenidos administrativos" sin juicio previo, bajo la acusación general de que "son peligrosos", comenzó este miércoles con los de la prisión de Ketziot, en el desierto de Néguev. Los excarcelados fueron sometidos antes a un examen médico y delante de una cámara de televisión firmaron una declaración de que no recurrirán a la violencia en sus actividades políticas.
Otros 99 presos, condenados por delitos comunes o estancia ilegal en Israel, recuperarán su libertad en otra fecha, se informó. "Es una gran desilusión y nos otorga el derecho de reconsiderar (si seguir o no) con la hudna" con Israel, declaró este miércoles a la prensa en Gaza un dirigente de la Yihad Islámica, Hafez Azam.
El Gobierno israelí explicó a la opinión pública que la excarcelación de prisioneros no es una obligación incluida en el plan de paz del Cuarteto de Madrid, la "hoja de ruta" que sirve a Sharón y a Abu Mazen para reanudar las negociaciones de paz. "Se trata de un gesto de buena voluntad para fortalecer (en la calle palestina) a Abu Mazen, un líder pragmático que entiende que por la violencia y el terrorismo no lograrán nada los palestinos", afirman y repiten los portavoces del Gobierno derechista israelí.
Los dirigentes de las facciones de la resistencia que amenazan con retornar a la lucha acusan a Israel de "violar" un supuesto acuerdo con la ANP -que negoció con ellas el alto al fuego- para poner en libertad a todos los prisioneros. El Gobierno israelí, cuyo Gabinete de Seguridad, recibió este miércoles informes de los organismos de seguridad acerca del "fortalecimiento de los terroristas aprovechando la tregua" que proclamaron el pasado 29 de junio, exige a Abu Mazen el desarme de esas facciones. "La tregua de los terroristas es una bomba de tiempo que activarán cada vez que estén insatisfechos con las negociaciones de paz", dijo el ministro israelí de Exteriores, Silván Shalom.
El traslado de los prisioneros en once autobuses por rutas de Cisjordania y del sur de Israel se llevaba a cabo bajo estrictas medidas de seguridad y con los organismos de seguridad en estado de alerta máxima por temor a posibles disturbios en los vehículos y en los territorios ocupados, donde se esperaba la liberación de miles.