LD (EFE) Este lunes los israelíes celebran la "reunificación" del casco histórico de la Ciudad Santa o la "Jerusalén árabe" con los barrios judíos tras la guerra de 1967. En cambio, la misma fecha es motivo de protesta entre los palestinos que recuerdan la anexión al territorio de Israel de más de veinte de sus barrios y aldeas tras esa "guerra de los seis días".
Miles de personas participan durante la jornada en marchas festivas, que comenzaron este domingo, con una de 16.000 agricultores, en honor de la ciudad, declarada en 1981 "capital indivisible y eterna de Israel y del pueblo judío". Con la excepción de El Salvador y Costa Rica, ningún otro país de la ONU reconoce a Jerusalén como capital de Israel, cuyo Gobierno tiene su sede en la zona occidental, la "Jerusalén judía", desde 1949, un año después de su fundación.
En Jerusalén oriental y en las aldeas anexionadas dos semanas después de esa guerra, reside la mayor comunidad palestina urbana de Cisjordania con unos 230.000 miembros entre los más de 600.000 habitantes. Le siguen las ciudades de Naplusa y Hebrón. En algunas de las aldeas anexionadas, como Isawíe y Yabel Mukaber, podían verse crespones negros de luto y leyendas afirmando que "Jerusalén es la capital de Palestina".
La Autoridad Nacional Palestina (ANP), que preside Abú Mazen, exige la devolución de la ciudad antigua y de esas localidades para establecer la capital de un futuro Estado palestino independiente. Esa exigencia es uno de los puntos más conflictivos entre los que tendrán que negociar la ANP e Israel al momento de fijar las fronteras si prospera el proceso de paz entre ambos pueblos.