LD (Agencias) La reacción de Israel se debe al parecer a una falta de “garantías” de la ANP, específicamente de su ministro de Seguridad Interior, Mohamed Dahlán, al que exigen ejercer una supervisión policial sobre militantes buscados de la resistencia palestina a fin de impedir que se infiltren para atacar en territorio israelí. Por su parte, los representantes de la ANP impugnaron la exigencia israelí de mantener sus puestos de control militar en los puntos de acceso y salida de esas ciudades, según informó a la prensa el portavoz del Ministerio de Seguridad Interior, Elías Zananiri.
El traspaso de Kalkilia y Jericó -precedido en junio pasado por la retirada israelí de Belén, en Cisjordania- y del norte de la franja de Gaza, estaba previsto para la noche de este lunes o la mañana del martes. El repliegue fue acordado entre el ministro de Defensa de Israel, el general Shaúl Mofaz, y el coronel Mohamed Dahlán, pero fracasó tras cuatro horas de negociaciones entre jefes militares de ambos bandos sobre su aplicación. El primer ministro israelí, Ariel Sharon, y el titular de Defensa exigen a la ANP la creación de un mecanismo que supervise los pasos de los militantes palestinos buscados por Israel, según fuentes del Gobierno.
El repliegue de las fuerzas israelíes, que en el caso de Jericó y Kalkilia no se hallan en el casco urbano sino alrededor de ambas, es una obligación que Israel debe cumplir simultáneamente con otra que asumió la ANP al aprobar la “Hoja de ruta”, la de desarmar a las organizaciones terroristas, algo que aún no se ha concretado. En cambio, y para evitar enfrentamientos si sus organismos policiales tuvieran que llevar a cabo el desarme por la fuerza de esas organizaciones, las autoridades palestinas consiguieron un acuerdo para un alto el fuego (“hudna”) con Israel de parte de las principales facciones, que lo proclamaron el pasado 29 de junio por tres meses.
El traspaso de Kalkilia y Jericó -precedido en junio pasado por la retirada israelí de Belén, en Cisjordania- y del norte de la franja de Gaza, estaba previsto para la noche de este lunes o la mañana del martes. El repliegue fue acordado entre el ministro de Defensa de Israel, el general Shaúl Mofaz, y el coronel Mohamed Dahlán, pero fracasó tras cuatro horas de negociaciones entre jefes militares de ambos bandos sobre su aplicación. El primer ministro israelí, Ariel Sharon, y el titular de Defensa exigen a la ANP la creación de un mecanismo que supervise los pasos de los militantes palestinos buscados por Israel, según fuentes del Gobierno.
El repliegue de las fuerzas israelíes, que en el caso de Jericó y Kalkilia no se hallan en el casco urbano sino alrededor de ambas, es una obligación que Israel debe cumplir simultáneamente con otra que asumió la ANP al aprobar la “Hoja de ruta”, la de desarmar a las organizaciones terroristas, algo que aún no se ha concretado. En cambio, y para evitar enfrentamientos si sus organismos policiales tuvieran que llevar a cabo el desarme por la fuerza de esas organizaciones, las autoridades palestinas consiguieron un acuerdo para un alto el fuego (“hudna”) con Israel de parte de las principales facciones, que lo proclamaron el pasado 29 de junio por tres meses.