(Libertad Digital) Estados Unidos y la Unión Europea quieren llevar la política armamentística de Irán ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que está capacitada para dictaminar sanciones. En tal caso, podrían bloquearse las cuentas que tiene la república islámica tanto en Europa como en los Estados Unidos. El próximo 2 de febrero el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) se reunirá en Viena para decidir si denuncia al gobierno de Teherán. Pero si se impone la postura de Rusia o China, se apostaría por continuar con el diálogo. El problema es que el director general de la OIEA, según explica este sábado el diario ABC, es renuente a entregar antes de la reunión del 2 un informe sobre Irán, como desea Europa, que podría resultar comprometido.
La decisión de retirar los fondos de Europa, para enviarlos a Asia, adelanta la posibilidad de que se produzcan sanciones. Por tanto, muestra la intención de Irán de sortear las sanciones que puedan ser ordenadas por la comunidad internacional, para seguir de este modo sin obstáculos su carrera armamentística nuclear.
El petróleo como arma
Irán, que es el segundo país en reservas de petróleo del mundo, también ha reaccionado con el control que tiene sobre sus recursos y con la voz que tiene en la OPEP para "sancionar" a los países consumidores netos, al haber propuesto en el seno del cártel de exportadores de petróleo una reducción en la producción de petróleo de un millón de barriles diarios. En la actualidad la oferta se sitúa en torno a los 28 millones de barriles. Precisamente en su reunión del viernes, la OPEP previó que la demanda de petróleo en 2006 aumentaría sobre el año pasado en casi un dos por ciento.