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Irán rechaza las acusaciones de injerencias en Irak lanzadas por EEUU

El Gobierno iraní rechazó las acusaciones estadounidenses de estar interfiriendo en los asuntos internos de Irak mediante la infiltración de agentes entre la secta mayoritaria chií, con el objetivo de desestabilizar un futuro Gobierno iraquí. Teherán dice que su último deseo es el establecimiento en Bagdad de una administración democrática y representativa.

LD (Agencias) Kamal Jarrazi, ministro de Asuntos Exteriores de Irán, ha rechazado las acusaciones de EEUU de que su Gobierno está interfiriendo en los asuntos internos de Irak. En una conferencia de prensa conjunta con su homólogo francés, Domique de Villepin, el funcionario iraní ha declarado que “es interesante que los estadounidenses, que han ocupado Irak, acusen ahora a los países vecinos de injerencia en ese país”. Para su país, subrayó Jarrazi, el único interés radica en el establecimiento de un Gobierno iraquí “democrático y representativo”. Por ello, enfatizó, las acusaciones de injerencia lanzadas por Washington son “infundadas y tienden a buscar pretextos”.

Este miércoles, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, dijo que “hemos dejado claro a Irán que nos oponemos a cualquier injerencia externa en el camino de Irak hacia la democracia. La infiltración de agentes para desestabilizar a la población chií entraría evidentemente dentro de esa categoría”. Al respecto, Jarrazi recalcó que el Gobierno al que pertenece “mantendrá su postura de no intervención” en los asuntos iraquíes en línea con la “neutralidad” declarada al principio de la guerra. Además, criticó que EEUU catalogue como terroristas a ciertas personas o grupos mientras que -aseguró- apoya a otros como Muyahidín al Jalq (movimiento armado de oposición a Teherán).

Teherán ha sido acusado precisamente por EEUU de buscar armamento atómico, entre otras armas de destrucción masiva, y de apoyar a grupos terroristas internacionales, por lo que fue incluido en el “Eje del Mal” -junto a Corea del Norte e Irak- que definió el presidente de EEUU, George Bush. Irán, único país del mundo gobernado por la rama chií, ha dado cobijo durante los años del régimen de Sadam Husein a varios grupos chiíes de oposición chiítas, que ahora están volviendo a Irak y tratan de hacer valer su influencia en estos momentos de vacío de poder.

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