LD (EFE) En una rueda de prensa previa a una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador de Irán, Mohammad Khazee, dijo que la adopción de una posible nueva ronda de sanciones contra Irán por su programa nuclear no tendría impacto sobre la economía o la política de Teherán. Los miembros permanentes y no permanentes del máximo órgano de decisión se han reunido para abordar cuestiones relativas a la proliferación nuclear, entre las que se incluye el tema iraní.
El diplomático iraní declaró que el programa nuclear que su país desarrolla es "pacífico y bajo supervisión de la Agencia Internacional de la Energía Atómica" (AIEA). Khazee señaló que en caso de que la ONU adopte una nueva ronda de sanciones internacionales contra Irán, es seguro que "no vemos un gran impacto en la economía o en la política". Incluso, destacó, los iraníes han "aprendido a vivir bajo estas circunstancias".
El embajador reclamó que el Consejo debe de retirar de su agenda el programa nuclear iraní, ya que la AIEA presentó el 21 de febrero un informe sobre sus actividades en ese campo que "prueba, sin ambigüedad, su naturaleza exclusivamente pacífica".
Mohammad Khazee aseguró que su país seguirá adelante con el programa y colaborando con la AIEA, "mientras sea un organismo creíble", en una crítica hacia los países occidentales que, en su opinión, erosionan la credibilidad de la agencia de Naciones Unidas pidiendo que esa cuestión siga en la agenda del Consejo y se vote una nueva resolución sancionadora.
Para el diplomático iraní ese documento y la actual colaboración de Teherán con la agencia de la ONU demuestran que las dos rondas de sanciones impuestas contra Irán desde 2002 carecen de "lógica y legalidad". Francia y Reino Unido (miembros permanentes del Consejo de Seguridad) y Alemania han elaborado una propuesta para una tercera ronda de sanciones contra Teherán por su negativa a detener el enriquecimiento de uranio ordenado por el máximo órgano de Naciones Unidas.