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Irak y EEUU celebran la muerte de Uday y Qusay Husein durante una operación militar en Mosul

El general Ricardo Sánchez, responsable de las tropas en Irak, explicó que hay suficientes datos para asegurar que dos de los cuatro muertos en la operación militar de Mosul, son Uday y Qusay Husein. Los restantes podrían ser un nieto del dictador y un guardaespaldas. El material incautado en la mansión que sirvió de refugio a los hijos de Sadam servirá para ubicar el paradero del ex dictador iraquí.

LD (Agencias) Los dos hijos de Sadam Husein, Qusay y Uday, murieron este martes en un ataque militar contra una vivienda en Mosul, 400 kilómetros al norte de Bagdad, según informó el jefe de las fuerzas de tierra de EEUU en Irak, el general Ricardo Sánchez. "Cuatro personas resultaron muertas en la operación y sus cuerpos fueron sacados de la casa. Hemos confirmado que Qusay y Uday están entre los muertos", manifestó el general en conferencia de prensa. Conocida la noticia, el presidente George Bush dijo que la muerte de los hijos de Husein "es una garantía al pueblo iraquí de que el régimen ha caído y no volverá", según afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, quien calificó a Uday y Qusay de "líderes de un régimen brutal", por lo que su muerte es una "noticia positiva" para Irak. Los dos cuerpos permanecen en el aeropuerto internacional de Bagdad.

Asalto de la “Compañía Charlie”

La operación comenzó después de que un informador iraquí se acercó a las tropas estadounidenses y les "pasó la pista" de que Uday y Qusay se encontraban refugiados en una casa de Mosul. El lujoso inmueble pertenece al jeque Nawal Zaidan, primo del ex dictador y jefe de la tribu Bou Isa. Vecinos y residentes aseguraban que los sótanos de la casa era un laberinto de túneles. Desde que la ciudad fue tomada por los estadounidenses y controlada por los kurdos, las puertas y ventanas de la mansión estuvieron casi siempre cerradas y no despertaban sospechas. Las sospechas se levantaron cuando empezaron a registrar la entrada continua de coches todo-terreno y personajes revelantes locales. Tras ubicar la residencia de dos pisos, los mandos militares ordenaron el despliegue de un contingente de la 101 División Aerotransportada, conocida como la “Compañía Charlie”.

La noche de este lunes, al menos 200 soldados, posiblemente acompañados por miembros de la Task Force 20 –comandos Delta y agentes de la CIA- tomaron posiciones alrededor del objetivo. El asalto inició en la mañana del martes cuando varias ráfagas de ametralladora y una lluvia de “kalashnikov” recibieron a los militares. Los sitiadores pidieron apoyo e inmediatamente dos helicópteros bombardearon balcones, balaustradas, tejados y muros de los dos pisos superiores. El intenso tiroteo, aumentando por cañonazos y granadas, obligó a los ocupantes a refugiarse en el primero donde al parecer no había acceso a los túneles y búnker del sótano. Los mandos ordenaron a sus tropas que trataran de capturar a los sospechosos vivos. Después de cuatro horas de combate, varias unidades lograron entrar en el recinto y descubrieron cuatro cadáveres parcialmente carbonizados. Uno de ellos, pertenece a un adolescente de catorce años, probablemente Mustafá, el nieto de Sadam Husein, hijo de Qusay. Otro, cuyo parecido al ex dictador hizo saltar las alarmas, fue identificado posteriormente por varios testigos como un guardaespaldas. Los otros dos cadáveres pertenecen a Usay y Qusay, hijos y herederos de Sadam y por quien EEUU había ofrecido 15 millones de dólares por cada uno. Ambos ocupaban los puestos dos y tres de la baraja con las fotos y nombres de los ex funcionarios del régimen más buscados.

Varios testigos de los hechos han apuntado que los cuatro cuerpos encontrados en el interior de la casa atacada estaban calcinados pero reconocibles. El jefe de la operación, el general Ricardo Sánchez, mencionó que tras las primeras versiones sobre la identidad de los sospechosos, los cadáveres fueron sacados de Mosul para ser sometidos a exámenes de ADN puesto que los servicios de inteligencia de EEUU tienen desde hace tiempo muestras genéticas del ex dictador. Fuentes militares explicaron que en ese proceso ha participado el antiguo secretario de Sadam Husein, Hamid Mahud, quien confirmó que los muertos eran Uday y Qusay. Del primero, se aseguró que se le han encontrado las cicatrices ocasionadas por los intentos de asesinatos de los que fue objeto.

Un primo del dictador, llamado Yamal Mujtar y exiliado desde hace años, dijo ante los micrófonos de la cadena de televisión por satélite árabe Al-Arabiya que es “muy posible que la noticia (de la muerte de Uday y Qusay) sea cierta”. Diversos testigos dijeron al corresponsal de la cadena qatarí de televisión por satélite Al-Jazeera que a pesar de tener el rostro desfigurado, se podía percibir que uno de los fallecidos tenía barba, atributo que solía lucir Uday. El corresponsal añadió que, tras el combate, miembros de las fuerzas especiales estadounidenses rastrearon durante horas los restos de la casa y se apropiaron de documentos, cintas de vídeo y armas almacenadas en el inmueble que quedó completamente destrozado al igual que dos colindantes.

El dueño de la villa, Nawal Zaidan, primo del ex dictador iraquí, y su hijo, fueron arrestados por los soldados, que todavía los retienen en un cuartel cercano. "Los estadounidenses habían dicho que ahí se escondían los dos hijos de Sadam Husein", dijo a Al-Jazeera uno de los vecinos del inmueble, todavía rodeado por las tropas estadounidenses. Zaidan aseguró que "soldados de EEUU vestidos de civil sacaron cuatro cadáveres de entre los escombros". Poco después de los incidentes, se llevó a cabo una manifestación espontánea en protesta por la acción militar, marcha en la que podría haber muerto una persona, indicó Al-Jazeera .

Disparos y júbilo en Irak

El rumor de la muerte de Usay y Qusay recorrió Irak durante todo el día. La confirmación llegó hasta la noche de este martes. El odio acumulado por miles de iraquíes contra los hijos herederos de la sangrienta dictadura de Sadam Husein, provocó que estallara el júbilo en las calles de Bagdad. A pesar del toque de queda que prohíbe moverse por las calles entre las once de la noche y las seis de la mañana, cientos de personas festejaron accionando sus armas automáticas que iluminaron el cielo de la capital. Hasta bien entrada la madrugada, la celebración continúo en varios de los barrios de la capital. La televisión iraquí se unió a la "fiesta" transmitiendo canciones alegres.

Tras conocerse los primeros informes sobre la operación que se desarrollaba en Mosul, los iraquíes estuvieron pendientes del radio especulando con la suerte de Uday y Qusay. La confirmación oficial estuvo a cargo del general Ricardo Sánchez, jefe de las fuerzas de tierra de EEUU en Irak. En conferencia de prensa, el militar explicó los pormenores del asalto. “Cuatro personas resultaron muertas en la operación y sus cuerpos fueron sacados de la casa. Hemos confirmado que Qusay y Uday están entre los muertos”, subrayó. El responsable mencionó que la muerte de los dos hijos demuestra que Sadam Husein y los demás integrantes de su régimen no volverán a dirigir al país. Además, afirmó que “esto probará finalmente que no volverán al poder”, en alusión al temor de buena parte de la población iraquí a implicarse en la reconstrucción del país por miedo a sufrir represalias por su colaboración con los ocupantes. Por su parte, el jefe de la administración civil estadounidense en Bagdad, Paul Bremer, declaró en los pasillos del Congreso de su país que la muerte de los herederos “es una buena noticia para el pueblo iraquí y para nuestras fuerzas”.

Durante las horas previas a la confirmación, en Washington se vivían momentos de nerviosismo. Los altos cargos del Pentágono trataban de ocultar a la prensa su satisfacción. El encargado de comunicar al presidente George Bush los informes sobre el asalto en Mosul fue el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Varios analistas políticos esperan que con el fallecimiento de Uday y Qusay pueda ser el principio del fin de los ataques de la resistencia iraquí. El Gobierno de EEUU ha visto como la ocupación de Irak afronta crecientes problemas, con casi una cuarentena de soldados muertos tras el fin de la guerra y lentitud en la reconstrucción, todo a un coste de casi 4.000 millones de dólares al mes. Además, la falta de éxito en la búsqueda de armas de destrucción masiva y la ausencia de noticias sobre el paradero de Sadam Husein han supuesto una fuerte caída de la figura de Bush en las encuestas de opinión.

Mientras tanto, especialistas del Pentágono se han dado a la tarea de analizar el material incautado en la mansión de Mosul, para tratar de establecer el paradero del ex dictador iraquí. Los agentes estadounidenses encargados directamente de su captura creen que aún se encuentra en Irak, emboscado en algún área al norte de Bagdad, posiblemente en el denominado “triángulo suní”, que forman las ciudades de Faluja, Ramadi y Tikrik, cuna de Sadam Husein. La zona es propicia para ello: domina la vegetación alta, las tropas norteamericanas apenas tienen control, y muchos de los habitantes son de confesión suní, la corriente que el tirano favoreció para asentar su poder. Aunque también podría haber huido a Siria u otro país de la zona, como afirman algunos informes de la inteligencia internacional, en especial del Pentágono.

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