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Irak restaurará la pena de muerte, que podría serle aplicada al ex dictador Sadam Husein

El ministro iraquí de Justicia, Malek Dohan al Hassan, ha anunciado la restauración de la pena de muerte en el país, que ha sufrido este domingo una de las jornadas más sangrientas de las últimas semanas: al menos 17 civiles y 11 policías han muerto en los atentados perpetrados en Bagdad y otras tres ciudades. Asimismo, cuatro ciudadanos norteamericanos y dos polacos perdían la vida cuando el convoy del que formaban parte fue objeto de un ataque terrorista en una autopista de la capital.

L D (EFE) Según Al Hassan, la pena capital sólo se ejecutará "en casos muy especiales”, y no descartó que pudiera aplicársele al ex dictador Sadam Husein. "Fue jefe de las Fuerzas Armadas y desertó; según la ley de su régimen, la merecería", afirmó el titular de Justicia este domingo. Recordó que la pena de muerte está suspendida provisionalmente, "pero con la recuperación de la soberanía no hay porqué mantener la suspensión", agregó.

El anuncio se produjo tras la muerte de decenas de personas en diferentes ataques registrados en distintos puntos del país, donde la vorágine de violencia sigue incrementándose conforme se acerca el 30 de junio, fecha del traspaso de la soberanía al Gobierno provisional.

Al menos 17 civiles y 11 policías murieron en los atentados y enfrentamientos registrados tanto en la capital como en tres ciudades. En Tayi (30 kilómetros al norte de Bagdad) nueve personas fallecieron en el ataque terrorista perpetrado –con coche bomba– contra el cuartel de la Defensa Civil, situado al lado de una base norteamericana. La explosión tuvo lugar a las siete y media de la mañana, indicaron fuentes de la institución, que no pudieron precisar si el coche iba conducido por un terrorista suicida o si la carga fue activada a distancia.

Unos 150 kilómetros al norte de Tayi, en la población de Tuz Jurmatu, un civil y un oficial de policía fallecían, mientras que otros nueve agentes resultaban heridos, por el estallido de una bomba, informó un portavoz de seguridad. Según éste, el explosivo estaba colocado en la carretera que une la ciudad con la base norteamericana de Tikrit, a 70 kilómetros de distancia.

Por otra parte, un grupo terrorista atacó una comisaría de policía en Musayab, al sur de Bagdad, y mató a 12 personas (diez agentes y dos civiles). Otras cinco personas, entre ellos dos niños, perdían la vida en el suburbio capitalino de Ciudad Sader, como consecuencia de los enfrentamientos entre fuerzas norteamericanas y pistoleros del denominado Ejército Mahdi, la banda creada por el clérigo ultra Muqtada Al Sader.

Además, un ataque terrorista contra un convoy que transitaba por una autopista de Bagdad se cobraba la vida de dos ciudadanos polacos y cuatro norteamericanos. Según un portavoz de la embajada de Polonia en Bagdad, los dos primeros “trabajaban para la compañía estadounidense de seguridad Blackwater”. No se tiene constancia de que las otras víctimas trabajasen para la misma compañía.

También eran empleados de Blackwater los cuatro norteamericanos que fueron asesinados –y sus cadáveres vejados– en Faluya el pasado mes de marzo. Este hecho provocó el asedio del Ejército de EEUU sobre la mencionada ciudad, bastión de los terroristas suníes.

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