LD (EFE) En un entrevista concedida a la agencia de noticias rusa Interfax, el presidente de Irak Yalal Talaban ha declarado que "detrás del ataque con morteros, que provocó el pánico entre la multitud, está el terrorista (Abú Musab ) Al-Zarqaui, un criminal que atiza la hostilidad religiosa en Irak".
El mandatario culpó así de la muerte de 1.033 personas, según las últimas cifras que maneja el Ministerio de Interior, al jefe de la red terrorista Al-Qaeda en Irak. Según fuentes oficiales, la tragedia se desató poco después de que tres proyectiles de mortero cayeran sobre una muchedumbre que peregrinaba a la mezquita del Imán Musa al-Kadem, tercer santuario más sagrado para los chiíes de Irak. Siete personas murieron en el acto y cerca de cuarenta resultaron heridas. Un grupo vinculado al terrorista jordano asumió la autoría.
Poco después, corrió el rumor de que había un suicida entre los peregrinos que cruzaban el puente sobre el río Tigris que comunica el oeste con el norte de la capital. La noticia desató el pánico entre los fieles, que comenzaron a correr en todas las direcciones. Parte de la turbamulta quedó atrapada junto a una de las vallas, que cedió y provocó que cientos de personas cayeran al vacío y las aguas se poblaran de cadáveres y heridos que gritaban con desespero auxilio.
Con el amanecer de este jueves, los funerales comenzaban en Bagdad. Las cifras proporcionadas este miércoles por la noche por la vicesecretaría del Ministerio de Interior establecen en 965 la espeluznante cifra de víctimas mortales y en más de 320 la de los heridos, algunos de ellos todavía en estado de extrema gravedad. Pero, los últimos datos actualizados este jueves elevan a 1.033 las víctimas mortales.