LD (EFE) La península egipcia del Sinaí, uno de los destinos turísticos de moda entre los viajeros occidentales, fue escenario de otro gravísimo atentado terrorista el pasado mes de octubre que se saldó con la muerte de 34 personas, la mayoría de ellas turistas israelíes.
El atentado fue obra de terroristas islámicos, los mismos que, según todos los indicios, habrían sido los responsables de la nueva masacre de esta madrugada en Sarm el-Sheik, que ha provocado hasta ahora 83 muertos y más de doscientos heridos.
Los atentados de octubre de 2004 tuvieron como escenarios el hotel Hilton, en la ciudad de Taba, y otro establecimiento turístico de Ras Satán. Aquellas explosiones mortíferas coincidieron con la celebración de la festividad judía de "Sukot" (Tabernáculo) que conmemora el éxodo del pueblo hebreo desde Egipto a la "Tierra Prometida", a través del desierto del Sinaí.
Para celebrar esta fiesta, más de quince mil israelíes habían cruzado la frontera del Sinaí, a pesar de las advertencia del Gobierno de Tel-Aviv de no viajar a esa zona de Egipto ante las informaciones de los servicios secretos de que se iban a producir posibles atentados.
El Gobierno egipcio relacionó los atentados con la situación de violencia palestino-israelí de aquellas fechas, pero tanto el viceministro israelí de Defensa Zeev Boim, como el titular de Asuntos Exteriores Silván Shalom, aseguraron entonces que los responsables de los ataques eran activistas adscritos al terrorismo islámico internacional. De hecho, Boim responsabilizó a Al-Qaeda, o a otro grupo islámico de similar envergadura y con capacidad logística suficiente como para perpetrar acciones sincronizadas de esa índole.