INFORME: Sahara Occidental, del referéndum para 1992 a la autonomía de Baker

(L D / J. V) El referéndum, previsto por el Plan de Arreglo acordado por Marruecos y el Frente Polisario en 1992, se ha ido retrasando debido a los desacuerdos entre las partes sobre la composición del cuerpo electoral. A lo largo de estos años Marruecos ha llevado a miles de marroquíes a este territorio y ha intentado poner trabas de todo orden a la elaboración del censo (elaborado a partir del último censo de 1974) para dar tiempo a asegurarse, en una supuesta celebración de la consulta, un resultado favorable a la integración en Marruecos. Debido a los constantes problemas en la elaboración del censo, el enviado especial de la ONU, James Baker propuso tres soluciones más al conflicto, dos de ellas favorables a Marruecos: Partición del territorio (Cuarta Vía), la que más ha impulsado el ex secretario de EEUU, la autonomía administrativa del Sahara bajo soberanía marroquí -esta opción, fuertemente apoyada por Francia, EEUU y Reino Unido por sus intereses comerciales en la zona, es la que al final se ha recogido dentro del nuevo Plan Baker y votará el Consejo de Seguridad en los próximos días) y el abandono de la misión de la ONU, lo que tendría como consecuencia una escalada bélica en la zona. Si no hay acuerdo en la votación se podría prrrogar otra vez la MINURSO mientras prosiguen las deliberaciones.

Descolonización, un proceso que comenzó en los sesenta

El conflicto por la soberanía sobre este territorio, reclamada por Marruecos y por los saharauis del Frente Polisario, ya existía cuando el Sahara Occidental era todavía una colonia española. Antes de abandonarlo, el Gobierno español, siguiendo las recomendaciones formuladas por el Comité de Descolonización de la ONU el 20 de diciembre de 1966, decidió organizar un referéndum de autodeterminación en la región y elaboró un censo en 1974, aunque la consulta, prevista para la primera mitad de 1975, no se celebró. El 16 de octubre de 1975 el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya se pronunció en contra de las pretensiones de Marruecos y Mauritania sobre el territorio y recomendó que se ejerciera el derecho de autodeterminación.

El 6 de noviembre se inició la que se denominó "Marcha Verde", en la que 44.000 personas procedentes de Marruecos cruzaron la frontera con el Sahara Occidental para "recuperar el territorio". Ocho días después se firmaron en Madrid los "Acuerdos Tripartitos", por los que España cedió la administración del territorio a Marruecos y Mauritania, que se hizo efectiva en febrero. Argelia se opuso al acuerdo, al igual que el Frente Polisario. A comienzos de 1976, el 27 de febrero, el Frente Polisario proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y declaró la guerra a estos dos países, que en abril acordaron repartirse la ex colonia española (un tercio para Mauritania y dos tercios para Marruecos). En 1979, el Frente Polisario y Mauritania firmaron un acuerdo de paz por el que Mauritania renunciaba a su parte del territorio, cuya ocupación inició Marruecos.

Creación de la RASD

Ya en la década de los ochenta, Marruecos aceptó en la cumbre de la Organización para la Unidad Africana en Nairobi, la celebración de un referéndum de autodeterminación a partir del censo de 1974. La RASD fue admitida en la organización y Marruecos la abandonó. La ONU apoyó la consulta y reclamó un alto el fuego y negociaciones entre las partes. Fue en 1988 cuando marroquíes y saharauis dieron el visto bueno a un plan de paz elaborado por la ONU y la OUA que planea el alto el fuego y el control del territorio por el MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental), que prepararían la celebración del
referéndum.

El 29 de abril de 1991, el Consejo de Seguridad aprueba por unanimidad la Resolución 690 que establecía el calendario del plan de apoyo al referéndum y la creación de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum. La fecha para la consulta se fijó para septiembre de 1992. El referéndum previsto no se celebra y el proceso de autodeterminación queda bloqueado por los problemas en la elaboración del censo de la votación. La controversia sobre la población saharaui es uno de los puntos más conflictivos que encalla el proceso sucesivamente. La marroquinización del Sáhara Occidental se incrementa por la incapacidad de la ONU de mantener el Plan de Paz y Hassan II anuncia la regionalización de la zona. Tras arduas negociaciones durante el año 93, Marruecos y el Frente Polisario llegan a un acuerdo y establecen unos criterios para la identificación de los votantes. Este proceso empieza pronto a sufrir constantes interrupciones. El Frente Polisario mantiene que deben prevalecer las cifras coloniales españolas mientras Marruecos pretende duplicar el número de votantes pues en caso de no contar con un censo mayor, perdería el referéndum.

En 1994, tras un acuerdo entre Marruecos y el Polisario, la Minurso comenzó la identificación de los votantes. En octubre, Marruecos presentó una lista con 160.000 posibles electores y el Frente Polisario otra con unos 70.000. La ONU que en el 96 había decidido suspender el proceso para el referéndum de autodeterminación y reducir el número de militares enviados a la zona, nombra a James Baker representante especial de la ONU para el Sáhara Occidental y se le encomienda la responsabilidad de relanzar el proceso. Comienza nuevamente la complicada identificación de
los votantes. En junio del año pasado, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, nombra a James Baker, que fue secretario de Estado de EEUU, su representante especial para el Sahara Occidental, y le encarga relanzar el proceso, que se hallaba en punto muerto.