LD (EFE) Toda Indonesia permanece en alerta máxima por temor a una represalia terrorista tras la ejecución la madrugada de este domingo de los tres condenados por los atentados de Bali de 2002. La vigilancia ha sido extremada en Yakarta, Bali y los pueblos de procedencia de los tres fusilados. Allí, de acuerdo con la Policía y el Ejército, los violentos disturbios durante los sepelios han dejado varios heridos.
Imam Samudra, Amrozi y Ali Gufron eran miembros de la "Yemaah Islamiya", el brazo de la organización terrorista Al-Qaeda en el sudeste asiático, que no ha logrado cometer ningún atentado desde 2005 pero todavía cuenta con cierta capacidad operativa. Ellos fueron declarados culpables de los atentados en la turística isla de Bali que dejó 202 muertos y cientos de heridos en 2002.
El inspector general Ashikin Husein jefe regional de la Policía en el enclave turístico, dijo que "con la ejecución de los convictos, Bali no puede descuidarse", ya que la isla está considerada como uno de los principales objetivos de los terroristas. No obstante, durante las horas posteriores al ajusticiamiento se han producido varias amenazas.
Un fragmento del supuesto testamento de los tres reos apareció publicado en Internet, apuntando directamente al presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, su vicepresidente y al fiscal general, aunque por ahora la Policía no ha logrado probar su autenticidad.