LD (EFE) La Justicia indonesa liberó a dos militantes islámicos encarcelados por participar en los atentados de Bali de 2002, que causaron 202 muertos, tras ver reducidas sus penas de prisión con motivo de la fiesta del fin de ramadán.
Según informan los medios locales, Sirojul Munir, que cumplía condena de cinco años por ocultar a uno de los "cerebros" del atentado, abandonó la cárcel de Balikpapan, en Kalimantan Oriental, después de que se le conmutaran los 45 días que le restaban para completar la pena. Encarcelado en octubre de 2003, se benefició con anterioridad de dos años y un mes de remisiones de pena por buena conducta.
El otro militante islámico puesto en libertad es Mujarod ben Salim, acusado del mismo delito y encarcelado en una prisión de la isla de Bali. Ese tipo de medidas, tradicionales en las fechas del ramadán, se han aplicado también a muchos de los implicados en el atentado, salvo aquellos condenados a cadena perpetua o a la pena capital.