LD (Agencias) El magistrado Wayan Sugawa, presidente del tribunal indonesio dijo que “se ha probado que el acusado ha llevado a cabo actos de terrorismo” a lo que Iman Samudra respondió con el grito de “Alá es grande”. El indonesio es el segundo condenado a la pena capital por la matanza de Bali, después de que el pasado siete de agosto el mismo tribunal sentenciara a muerte a Ali Amrozy, un mecánico de cuarenta años, por su participación en la operación terrorista. Según la sentencia dictada este miércoles, Samudra es “el responsable intelectual de las explosiones”, dado que “trabajó entre bastidores como coordinador y tuvo un papel dominante en la explosión de las bombas”. Aunque el condenado, un experto informático de 33 años, se había mostrado dispuesto a morir para “llegar más cerca de Dios”, sus abogados han anunciado que tienen intención de apelar la sentencia a muerte, que en Indonesia se lleva a cabo por un pelotón de fusilamiento.
Cuando salía de la sala escoltado por la Policía, Imam Samudra, que durante la lectura de la sentencia permaneció aparentemente tranquilo, se volvió hacia público y jueces y gritó: “¡iros al infierno, infieles!”. Samudra fue arrestado el pasado noviembre en un puerto de Java Occidental, cuando estaba a punto de tomar un barco para huir a la vecina isla de Sumatra. Poco después de su detención admitió que él había dirigido el atentado terrorista de Bali, reclutado a los miembros del grupo y seleccionado la turística isla como objetivo. Sin embargo, posteriormente se retractó de su confesión y dijo que no había estado directamente implicado, aunque mostró su satisfacción por la muerte de turistas occidentales en los ataques.
Las autoridades indonesias atribuyeron la masacre de Bali a la organización Yemaah Islamiya, considerada el brazo de Al-Qaeda en la región, y aunque Samudra ha negado pertenecer a ese grupo, sí admitió que había sido entrenado para el combate por “militantes” en Afganistán.
Cuando salía de la sala escoltado por la Policía, Imam Samudra, que durante la lectura de la sentencia permaneció aparentemente tranquilo, se volvió hacia público y jueces y gritó: “¡iros al infierno, infieles!”. Samudra fue arrestado el pasado noviembre en un puerto de Java Occidental, cuando estaba a punto de tomar un barco para huir a la vecina isla de Sumatra. Poco después de su detención admitió que él había dirigido el atentado terrorista de Bali, reclutado a los miembros del grupo y seleccionado la turística isla como objetivo. Sin embargo, posteriormente se retractó de su confesión y dijo que no había estado directamente implicado, aunque mostró su satisfacción por la muerte de turistas occidentales en los ataques.
Las autoridades indonesias atribuyeron la masacre de Bali a la organización Yemaah Islamiya, considerada el brazo de Al-Qaeda en la región, y aunque Samudra ha negado pertenecer a ese grupo, sí admitió que había sido entrenado para el combate por “militantes” en Afganistán.