L D (Agencias) Fuentes del ayuntamiento de Digora, informaron a la agencia EFE que el monumento, un busto situado en un pedestal de cinco metros de altura, es obra del escultor oseta Mijaíl Dzboyev, dijeron en conversación telefónica.
La estatua de Stalin ha desatado fuertes críticas de las organizaciones de defensa de los derechos humanos. "Es de lamentar que ocurran cosas como estas. Por lo menos, no se inaugura un monumento en Moscú", dijo a la agencia Interfax Lev Ponomoriov, líder del movimiento "Por los derechos del hombre".
Ponomoriov recalcó que "Stalin fue uno de los dictadores más sanguinarios" y que "en la conciencia de la mayoría de la gente él es la personificación del terror comunista". "La inauguración de un monumento a Stalin en Osetia del Norte es una muestra de que el país no ha sacado lecciones de la historia", dijo, por su parte, Alexandr Brod, jefe del Buró de Moscú de Derechos Humanos. Brod señaló que muchos en Rusia "todavía asocian el nombre de Stalin con un país fuerte, próspero, aunque esa prosperidad en gran medida era aparente y se basaba en los huesos de millones de víctimas".
Nina Andréyeva, líder del Partido Comunista Bolchevique (PCB), no sólo no reconoce los crímenes del sanguinario dictador como la mayor parte de los partidos comunistas, incluido el español, sino que se atreve a decir que "toda la histeria en torno a la figura de Iósif Stalin es inventada y provocada por gente venal que no ve la verdad, sino sólo los dólares que recibe". Andréyeva, quien en 1988 publicó un sonado artículo contra los cambios promovidos entonces el presidente soviético, Mijáil Gorbachov, se mostró convencida de que "con el tiempo los historiadores limpiarán la tumba del líder (Stalin) de las hojas secas de la falsedad y la mentira".
El monumento a Stalin inaugurado este miércoles en Digora es el cuarto que se levanta en el territorio de Rusia en 2005.
Ponomoriov recalcó que "Stalin fue uno de los dictadores más sanguinarios" y que "en la conciencia de la mayoría de la gente él es la personificación del terror comunista". "La inauguración de un monumento a Stalin en Osetia del Norte es una muestra de que el país no ha sacado lecciones de la historia", dijo, por su parte, Alexandr Brod, jefe del Buró de Moscú de Derechos Humanos. Brod señaló que muchos en Rusia "todavía asocian el nombre de Stalin con un país fuerte, próspero, aunque esa prosperidad en gran medida era aparente y se basaba en los huesos de millones de víctimas".
Nina Andréyeva, líder del Partido Comunista Bolchevique (PCB), no sólo no reconoce los crímenes del sanguinario dictador como la mayor parte de los partidos comunistas, incluido el español, sino que se atreve a decir que "toda la histeria en torno a la figura de Iósif Stalin es inventada y provocada por gente venal que no ve la verdad, sino sólo los dólares que recibe". Andréyeva, quien en 1988 publicó un sonado artículo contra los cambios promovidos entonces el presidente soviético, Mijáil Gorbachov, se mostró convencida de que "con el tiempo los historiadores limpiarán la tumba del líder (Stalin) de las hojas secas de la falsedad y la mentira".
El monumento a Stalin inaugurado este miércoles en Digora es el cuarto que se levanta en el territorio de Rusia en 2005.