LD (Agencias) La reacción de Venezuela se produjo después de que el diario El Tiempo de Bogotá publicara el 12 de marzo los extractos de un informe del Ejército colombiano en el que se reitera la presencia en la zona andina, en el occidente del territorio venezolano, de "un centro de adiestramiento permanente de las FARC y un campamento base del ELN". Movido por la preocupación que las denuncias sobre la seguridad fronteriza ha generado en el Gobierno, el Ejército ha anunciado que reforzará su capacidad y mejorará el equipamiento y dotación de armas para incrementar la seguridad en la zona colombo-venezolana, actualmente resguardada por unos 5.000 efectivos.
Sobre la reactivación de las denuncias y tras un recorrido por los puestos militares de la zona, el comandante general del Ejército, general de brigada Jorge Luis García Carneiro, declaró a la prensa que "a corto plazo" la frontera estará más resguardada. Subrayó que la intención, además, es disminuir los llamados "delitos fronterizos", como el abigeato (robo de ganado), cobro de vacuna (extorsión de los grupos irregulares), y el narcotráfico. El comandante mostró interés en celebrar una reunión entre las autoridades militares de los dos países a fin de "tratar de ayudar en el esfuerzo y brindar la seguridad de los que aquí viven". Agregó que no descarta la posibilidad de trasladar a la frontera la Brigada de Cazadores, para mejorar la seguridad.
Paralelamente al anuncio militar, la Iglesia venezolana reiteró su denuncia sobre la "situación de desamparo" en que están las poblaciones fronterizas, en donde, asegura, existe "impunidad" y las autoridades brindan "cuidado" a grupos insurgentes colombianos. Monseñor Baltazar Porras aseguró que en la reunión que mantuvieron la pasada semana los obispos de las zonas fronterizas de Venezuela, Ecuador, Brasil y Colombia, en Caracas, se identificó a Venezuela como el país que posee "la mayor problemática" a nivel fronterizo.
Sobre la reactivación de las denuncias y tras un recorrido por los puestos militares de la zona, el comandante general del Ejército, general de brigada Jorge Luis García Carneiro, declaró a la prensa que "a corto plazo" la frontera estará más resguardada. Subrayó que la intención, además, es disminuir los llamados "delitos fronterizos", como el abigeato (robo de ganado), cobro de vacuna (extorsión de los grupos irregulares), y el narcotráfico. El comandante mostró interés en celebrar una reunión entre las autoridades militares de los dos países a fin de "tratar de ayudar en el esfuerzo y brindar la seguridad de los que aquí viven". Agregó que no descarta la posibilidad de trasladar a la frontera la Brigada de Cazadores, para mejorar la seguridad.
Paralelamente al anuncio militar, la Iglesia venezolana reiteró su denuncia sobre la "situación de desamparo" en que están las poblaciones fronterizas, en donde, asegura, existe "impunidad" y las autoridades brindan "cuidado" a grupos insurgentes colombianos. Monseñor Baltazar Porras aseguró que en la reunión que mantuvieron la pasada semana los obispos de las zonas fronterizas de Venezuela, Ecuador, Brasil y Colombia, en Caracas, se identificó a Venezuela como el país que posee "la mayor problemática" a nivel fronterizo.