LD (EFE) La Cabilia argelina vive este jueves una huelga general convocada por los comités de tribus y aldeas, en protesta por la celebración de los comicios presidenciales. En Tizi-Uzu, la ciudad principal, todos los comercios están cerrados, aunque la situación es de calma, y se ha comprobado que, pese a la consigna de los comités, decenas de personas acuden a los colegios electorales para ejercer su derecho al voto.
Belaid Abrika, líder carismático de la revuelta, ha hecho un llamamiento a la población para que mantengan la calma, a fin de evitar que se produzcan enfrentamientos, reconociendo que el boicot de las urnas no está siendo seguido por todos los electores de la región.
Por su parte, los principales candidatos opositores al presidente Abdelaziz Buteflika han denunciado el riesgo de fraude. Incluso, algunos de ellos han anticipado su rechazo a acatar los resultados si estos se limitan a una sola vuelta. Frente a ese temor, las autoridades del país, comenzando por el propio mandatario trataron de tranquilizar a los políticos y a la opinión pública internacional, insistiendo en que estos comicios serán libres y transparentes.
Buteflika se comprometió personalmente a hacer que las elecciones se desarrollen sin injerencias ni presiones de los poderes públicos, a la vez que recordaba la invitación hecha a varios organismos internacionales para que enviaran sus propios representantes a supervisarlos. Unos 124 observadores internacionales, de las Naciones Unidas, el Parlamento Europeo, la Liga Árabe, el Congreso de los EEUU y la Unión Africana, llegaron a Argelia para participar en esa labor de supervisión.