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Honduras celebra mientras la comunidad internacional permanece dividida

El día después de las elecciones generales en Honduras ha obligado al resto del mundo a decidirse si respetar y reconocer las elecciones, pero tanto América Latina como Europa están divididas. En el país centroamericano celebran el éxito democrático del domingo.

Porfirio Lobo Sosa, del Partido Nacional (conservador) fue electo este domingo por una abrumadora diferencia de votos del 55% contra el 37% de su más cercano contrincante.

En Estoril, Portugal, la Cumbre Iberoamericana arrancó este lunes con la sorpresa de una elección catalogada por los observadores internaciones como "transparente, organizada y pacífica". Los invitados a la cumbre llegaron a sabiendas que necesitaban observar cuidadosamente los resultados electorales para poder hacer una declaración única sobre la situación política Honduras. El domingo por la noche el presidente Uribe se pronunció a favor de la aceptación y reconocimiento del presidente electo Porfirio Lobo Sosa. Panamá, Costa Rica y los Estados Unidos pronto se unieron a Uribe. Alemania, Italia, Francia, Israel y los Emiratos Árabes Unidos ya reconocieron las elecciones también.

Mientras tanto la Canciller del depuesto Manuel Zelaya, Patricia Rodas, con el apoyo de Brasil, pedía que no se reconocieran las elecciones. Junto al grupo de gobiernos bolivarianos liderados por Venezuela, que se encuentran contra la pared por haber llamado a los hondureños a no asistir a votar ya que las elecciones eran “ilegitimas” al no existir las condiciones necesarias para un proceso pacífico, se encuentran también la Argentina, Brasil y España y sin poder olvidar a la Organización de Estados Americanos.

Los países de la Unión Europea también están tomando decisiones para tener un pronunciamiento único tras los resultados, así como para continuar las conversaciones suspendidas del acuerdo comercial entre Centro América y la UE.

Para los hondureños lo más importante no era quien ganaba la presidencia, sino demostrarle al mundo cuantas personas querían el cambio y poder terminar con el calvario que les había puesto la comunidad internacional por cinco meses. Se espera que los votantes lleguen a sumar cerca de los 2,8 millones, cerca de 500.000 más que los que participaron cuando Zelaya quedó electo. De los 4,6 millones convocados 1,2 millones viven fuera de Honduras. Cuando se contabiliza esto el voto supera el 75% de asistencia, algo nunca antes visto en el país.

En una entrevista telefónica al terminar la jornada electoral, el depuesto Zelaya dijo tener resultados de mesas electorales que daban entre 60-65% de abstención, datos que no coinciden con los datos proporcionados por los observadores internacionales.

El partido liberal, con el candidato Elvin Santos, llegó dividido y cansado por la crisis política que se sintió principalmente entre sus filas, y finalmente el voto de castigo sí tuvo repercusiones que favorecieron a Porfirio Lobo. Todavía hay que ver esperar los resultados para alcaldías y diputados, pero en general, por primera vez se espera que se haya roto la vieja costumbre electoral de “votar en plancha”, o por todos los candidatos del mismo partido.

Salvo una pequeña manifestación de la resistencia pro Zelaya en la ciudad costera de San Pedro Sula, que fue dispersada por agentes de la policía nacional, no se observaron disturbios ni violencia en todo el país. Las elecciones transcurrieron en un ambiente de paz, calma, orden y mucha emoción por poder participar en esta fiesta patriótica.

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