En una conversación telefónica con Libertad Digital, el embajador Fortín recordó que hace unas semanas, el Gobierno de Brasil emitió un comunicado en el que desconocía la representación hondureña en Brasilia "dando así por terminadas las relaciones bilaterales" y que por lo tanto, de manera recíproca, "Honduras desconoce esa relación diplomática". Cree que al haber aceptado la entrada de Zelaya a su embajada, "Brasil ha demostrado una tolerancia que linda con una injerencia inaceptable" en la política hondureña.
Por esa razón, Honduras ve contradictoria la posición de Zelaya en estos momentos aunque también ha precisado que por ahora no ha habido una solicitud formal de asilo político por parte de Brasil. En caso de hacerla efectiva, primero Brasil tendría que reconocer el Gobierno de Micheletti ya que en caso contrario no tendría a quien formularla.
Preguntando sobre las acciones diplomáticas que tomará el Ejecutivo de Tegucigalpa, Fortín precisó que, respetando la autonomía e independencia de los poderes del Estado, ahora es el Poder Judicial el que tiene que actuar ya que Zelaya tiene un proceso abierto por el ministerio público en Honduras y que incluso existe una orden de captura en su contra dictada hace ya varias semanas. Por eso, cree que la Justicia hondureña puede exigir la entrega de Zelaya ya que se trata de un prófugo.