Hezbolá bombardea las ciudades israelíes de Haifa y Safed con misiles "Katyusha"

LD (Agencias) El Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea israelí está centrando sus bombardeos en la región cristiana libanesa de Biblos, al norte de Beirut. En la zona permanecen miles de desplazados que residían en el sur y este libanés y que habían huido en los últimos días de los ataques de Israel.

 

Desde las primeras horas de este martes, los bombardeos aéreos y marítimos no han cesado. Por séptimo día, varios misiles han impactado en los barrios del este y sur de Beirut donde se concentran los terroristas de Hezbolá. También fueron bombardeados los cuarteles que el Ejército libanés tiene en Jahmur y Kfarchima, cerca de Beirut, uno de ellos no lejos del palacio presidencial y del Ministerio de Defensa. Allí, según fuentes militares, al menos diez soldados murieron. El  otro bombardeo se centró en la localidad de Cana, en la región de Tiro, destruyendo un edificio y matando a cuatro personas.

 

El Ministerio libanés de Sanidad cifra en al menos 175 los civiles muertos por los bombardeos israelíes, que se iniciaron el miércoles pasado contra el Líbano tras la captura de dos soldados israelíes por Hezbolá. A ese número, la Policía añade trece personas que han muerto al ser alcanzado por un misil un edificio en Aitarun donde se refugiaban. Desde que comenzaron los ataques lanzados por la aviación, barcos de guerra que rodean Líbano y desde las posiciones artilleras del norte israelí, han muerto 227 personas (entre civiles, militares y terroristas) y más de quinientas permanecen heridas.

 

 

En el otro lado de la frontera, las autoridades israelíes mantienen la alerta en cientos de localidades ante el lanzamiento de misiles por parte de Hezbolá. El subjefe de las Fuerzas Armadas, general Moshé Kaplisky, advirtió que los terroristas tiene capacidad de seguir atacando con sus cohetes objetivos civiles y aconsejó a la población seguir las instrucciones de los servicios de protección. La amenaza obligó a que se lanzara la movilización de tres batallones de reservistas que, por orden especial, suplantarán en su misión a unidades del Ejército regular desplegados al norte del país, la zona más afectada por los proyectiles de los chiíes que tienen un alcance de 160 kilómetros.

 

Por tercer día consecutivo, la ciudad de Haifa es sido blanco de un ataque con seis cohetes. La Policía israelí indicó que no se han registrado víctimas y que uno causó daños materiales en un edificio y otro provocó un incendio en un terreno abierto. Asimismo, la mañana de este miércoles han caído, también sin consecuencias, algunos cohetes "Katyusha" en la ciudad de Safed. El Ejército añadió que en las últimas horas se interceptó un misil de largo alcance de fabricación iraní y que Hezbolá disparó un cohete contra un hospital de la ciudad de Safed.

 

 

Durante la noche del lunes al martes, la Fuerza Aérea, la Fuerza Naval y la artillería israelíes continuaron con sus ataques a objetivos en el Líbano y bombardeos en el barrio chii de Dahia, al sur de Beirut, donde tiene Hezbolá su cuartel general, en tanto que efectivos del Ejército frustraron una invasión de dos unidades libanesas a la altura del pueblo de Avivim. Asimismo, fuerzas de infantería y de ingenieros se internaron en territorio del Líbano, en la zona de la aldea de Rayar, donde destruyeron dos casamatas de los terroristas.

 

Kaplinsky informó en rueda de prensa que desde que el miércoles pasado comenzaron las operaciones en el Líbano tras el secuestro de dos soldados israelíes por parte de Hezbolá han muerto doce civiles y trece soldados israelíes. Fuentes militares citadas por la televisión y la radio públicas sin identificarlas, dijeron que la ofensiva en el Líbano "finalizará en los próximos días, hacia finales de esta semana o a principios de la próxima", pero no aclararon el motivo de tal pronóstico. En apariencia, podría deberse a que este martes comenzará su misión en Israel una delegación de la ONU que tenía previsto llegar anoche desde Beirut para conseguir un alto al fuego y explorar la posibilidad de establecer una "fuerza internacional de estabilización" en la frontera.