"Impotencia" y "desesperación" en la embajada de Haití en España

Yolette Azor Charles ha recomendado que los españoles y extranjeros que quieren saber de la suerte que han corrido familiares y conocidos intenten ponerse en contacto con sus embajadas en Haití o los ministerios de Asuntos Exteriores.

También han llamado a la embajadora muchos de los haitianos que viven en España, que no llegan un millar oficialmente, de los que menos de la mitad tienen también la nacionalidad española, pero a todos les dice lo mismo: "Nadie puede hacer nada, nadie sabe nada".

Ha señalado que habrá que esperar aún algunas horas para ir conociendo datos sobre víctimas en general y sobre extranjeros en particular. La embajadora ha señalado que el único conocimiento hasta ahora son informaciones de haitianos que viven en los EEUU y que han logrado contactar con personas que se encuentran en el país caribeño.

"Yo, personalmente, no he logrado hablar con nadie; lo que estamos esperando -ha agregado- es que las personas que tienen teléfonos móviles que no están en la capital puedan llamar para formar una red de información y poder conocer las últimas informaciones".

Los haitianos que viven en Estados Unidos lo están haciendo así a través de correo electrónico y las redes sociales de internet. Según la embajadora, con la que ha hablado la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, el Gobierno español puede desplazar rápidamente ayuda desde sus bases estables en la República Dominicana o Panamá.

Ha destacado que España está muy presente en Haití como país prioritario en su ámbito de cooperación

Azor Charles se ha referido a la "impotencia" por la falta noticias directas y la "desesperación" de quienes se hayan visto afectados por el seísmo, que se ha cebado en la capital, Puerto Príncipe, donde viven dos millones de personas, y especialmente con una zona de 600.000 habitantes, según ha explicado.

Ha confiado en la pronta llegada de maquinaria y herramientas que hagan posible remover los escombros, ya que las manos y las palas no bastan, y también material y equipos de atención médica.