Las medidas de ayuda a Japón empiezan a organizarse poco a poco después de que la comunidad internacional quedase paralizada por la fuerte devastación que ha sufrido Japón. Algo que sucede siete días después de que un terremoto de 9 grados en la escala Ritcher y un tsunami arrasase buena parte de la costa noreste del país asiático, y seis días después de que ambos sucesos pusiesen contra las cuerdas la seguridad de los reactores de la central nuclear de Fukushima.
Sin embargo, algunos han estado más rápidos que la comunidad internacional a la hora de intentar sacar réditos a parte de la catástrofe del país nipón. Ése es el caso del grupo ecologista Greenpeace, que pasando de puntillas por la catástrofe causada por el terremoto y el tsunami, aprovecha los problemas de la central de Fukushima para convocar concentraciones por toda España para pedir el fin de la energía nuclear.
Estos actos se celebraron este jueves por la tarde-noche en una treintena de localidad españolas, entre ellas, Madrid, Barcelona, Bilbao, Zaragoza, Valencia o Sevilla, no contaron con una gran afluencia de público, según las fotografías que los propias organizadores han colgado en las redes sociales donde están presenten.