L D (EFE) Una vez concluida durante la madrugada la pesadilla de tres horas vividas por los 203 ocupantes del Airbús 310 de las Turkish Airlines secuestrado por un joven de 22 años, con síntomas de desequilibro mental, el ministro de Orden Público griego, Mijalis Jrisojoídis, se refirió aliviado a los "difíciles momentos" vividos. Tras el feliz final, Jrisojoídis afirmó que "Grecia es un país seguro, que puede afrontar situaciones difíciles".
El secuestrador, Ozur Gencarslan, fue detenido por las fuerzas antiterroristas griegas en el aeropuerto internacional "Elefteros Venizelos", a donde fue desviado el aparato que realizaba un vuelo interior de Estambul-Ankara en Turquía con 194 pasajeros y nueve tripulantes. Según la cadena turca NTV, el joven secuestrador esperó tranquilamente la llegada de los policías en la cabina del avión, charlando animadamente con los pilotos y comiéndose un bocadillo.
Gencarslan secuestró el aparato minutos después de que despegara de Estambul, rumbo a Ankara, el viernes por la noche. El pirata aéreo obligó a los pilotos a desviar el avión a la ciudad costera de Izmir, informó el ministro de Transportes turco, Binali Yildirm, y posteriormente a Atenas, con la aparente intención de repostar combustible y dirigirse a Dusseldorf o Berlín, en Alemania, extremo que fue desmentido por el jefe de la diplomacia griega.
El ministro griego de Asuntos Exteriores, Yorgos Papandreu, explicó que Grecia permitió el aterrizaje del Airbús después de que se le informara de que no tenía suficiente combustible para seguir volando. "Dos cazas F-16 despegaron para interceptar el aparato en cuanto entró en el espacio aéreo griego y no pudimos negarle el aterrizaje porque no podía seguir volando y se trataba de la vida de los 203 ocupantes", dijo el portavoz oficial griego, Jristos Protopapas.
El jefe de la diplomacia griega, que agradeció la colaboración de las autoridades turcas para resolver la crisis, dijo que la "prioridad" de su Gobierno fue "la seguridad de los ocupantes". Papandreu desmintió que el pirata aéreo deseara viajar a Alemania, como informaron previamente fuentes griegas y turcas, aunque reconoció que se comunicó con el ministro alemán de Exteriores, Joschka Fisher, quien se había interesado por las versiones difundidas por los medios de comunicación. Según fuentes policiales griegas, el secuestrador esgrimió como único arma unos cartuchos que no estaban conectados.
Los pasajeros liberados regresaron a Turquía en dos aviones fletados especialmente por las autoridades de ese país. El pirata aéreo fue presentado ante un fiscal ateniense para ser acusado de los cargos. Durante el secuestro, varios de los pasajeros pudieron hablar con el exterior a través de teléfonos móviles, hasta el punto de que dos de ellos fueron entrevistados por la televisión turca desde el interior del aparato.
El secuestrador, Ozur Gencarslan, fue detenido por las fuerzas antiterroristas griegas en el aeropuerto internacional "Elefteros Venizelos", a donde fue desviado el aparato que realizaba un vuelo interior de Estambul-Ankara en Turquía con 194 pasajeros y nueve tripulantes. Según la cadena turca NTV, el joven secuestrador esperó tranquilamente la llegada de los policías en la cabina del avión, charlando animadamente con los pilotos y comiéndose un bocadillo.
Gencarslan secuestró el aparato minutos después de que despegara de Estambul, rumbo a Ankara, el viernes por la noche. El pirata aéreo obligó a los pilotos a desviar el avión a la ciudad costera de Izmir, informó el ministro de Transportes turco, Binali Yildirm, y posteriormente a Atenas, con la aparente intención de repostar combustible y dirigirse a Dusseldorf o Berlín, en Alemania, extremo que fue desmentido por el jefe de la diplomacia griega.
El ministro griego de Asuntos Exteriores, Yorgos Papandreu, explicó que Grecia permitió el aterrizaje del Airbús después de que se le informara de que no tenía suficiente combustible para seguir volando. "Dos cazas F-16 despegaron para interceptar el aparato en cuanto entró en el espacio aéreo griego y no pudimos negarle el aterrizaje porque no podía seguir volando y se trataba de la vida de los 203 ocupantes", dijo el portavoz oficial griego, Jristos Protopapas.
El jefe de la diplomacia griega, que agradeció la colaboración de las autoridades turcas para resolver la crisis, dijo que la "prioridad" de su Gobierno fue "la seguridad de los ocupantes". Papandreu desmintió que el pirata aéreo deseara viajar a Alemania, como informaron previamente fuentes griegas y turcas, aunque reconoció que se comunicó con el ministro alemán de Exteriores, Joschka Fisher, quien se había interesado por las versiones difundidas por los medios de comunicación. Según fuentes policiales griegas, el secuestrador esgrimió como único arma unos cartuchos que no estaban conectados.
Los pasajeros liberados regresaron a Turquía en dos aviones fletados especialmente por las autoridades de ese país. El pirata aéreo fue presentado ante un fiscal ateniense para ser acusado de los cargos. Durante el secuestro, varios de los pasajeros pudieron hablar con el exterior a través de teléfonos móviles, hasta el punto de que dos de ellos fueron entrevistados por la televisión turca desde el interior del aparato.