(Libertad Digital) El juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, admitió a trámite este jueves la querella presentada por el Centro Palestino para los Derechos Humanos contra el ex ministro de Defensa israelí, Benjamín Ben-Eliezer, y seis militares. Les imputa un delito contra la Humanidad por un ataque en la Franja de Gaza el 22 de julio de 2002 en el que murieron un terrorista de Hamas y catorce civiles.
Detrás de esta querella, que ha provocado un enfrentamiento entre los dos países (el actual ministro de Defensa calificó de "delirante" la decisión de la Audiencia y el embajador ya ha advertido que las relaciones podrían complicarse) se encuentra Gonzalo Boyé, uno de los abogados del Centro Palestino.
El letrado formó parte del MIR chileno y colaboró en el secuestro de Emiliano Revilla por encargo de ETA. Junto a otros tres miembros de la organización, siguió los movimientos del industrial, una labor que le costó pasar diez años de cárcel por colaboración con banda terrorista. En prisión cursó sus estudios de Derecho en la Universidad Nacional de Educación a Distancia. El abogado ha defendido a etarras y personas vinculadas con ETA en los últimos años.
También representó a una de las víctimas del 11-M durante el juicio. Durante todo el proceso judicial defendió con vehemencia la teoría oficial de los atentados, llegando a decir que daba igual lo que dijeran los peritos químicos sobre los explosivos.